Papeles del Psicólogo es una revista científico-profesional, cuyo objetivo es publicar revisiones, meta-análisis, soluciones, descubrimientos, guías, experiencias y métodos de utilidad para abordar problemas y cuestiones que surgen en la práctica profesional de cualquier área de la Psicología. Se ofrece también como foro para contrastar opiniones y fomentar el debate sobre enfoques o cuestiones que suscitan controversia.
Papeles del Psicólogo, 1981. Vol. (0).
Serafín Carballo
Semana de Salud mental. Octubre 80
Del 20 al 25 de octubre tuvo lugar en Madrid las jornadas denominadas: "Semana de la salud mental: encrucijada actual y perspectivas", organizadas por la Fundación Hogal del Empleado en colaboración con el Colegio de Psicólogos, la Asociación Española de Neuropsiquitria y la Federación Española de Asistentes Sociales.
La filosofía que animó esta iniciativa, fue sacar a la opinión pública y al conjunto de la sociedad los problemas relativos a la Salud Mental, rescatándolos de los circunloquios de los iniciados y de los técnicos. También romper el concepto monolítico de salud mental versus enfermedad mental-asistencia psiquiátrica, para ampliarlo a otra serie de aspectos; la creación de un espacio de encuentro y de debate en el cual técnicos de la salud mental, sindicatos, partidos, entidades ciudadanas, entidades de afectados, profundizasen en la búsqueda de alternativas operativas y no testimoniales a la atención y asistencia a la salud mental en nuestro país, a partir de un diagnóstico de la situación en la que nos encontramos.
A lo largo de la Semana se fue jalonando distintos aspectos de la salud mental: situación actual, experiencias Reforma Sanitaria, Administración Local y salud mental, experiencia italiana y alternativas. El conjunto de contenidos ponencias, comunicaciones, debates aparecerán en una próxima publicación.
Ni un duro
El abandono, es el rasgo dominante de la atención a la salud mental en nuestro país. Este hecho contrasta con el alarmante crecimiento de la morbilidad psicopatológica psiquiática y psicológica, claro exponente de los costos humanos y psicológicos del desarrollo irracional del actual sistema productivo, y del actual modelo social que sitúa por delante los intereses de un sector reducido de la sociedad, a la satisfacción de las necesidades del conjunto de la población.
Es éste, un modelo que margina y segrega toda conducta que transgreda la norma, aislándola y encerrándola en lugares de exclusión y de no retorno a la reinserción social, manicomios reformatorios, asilos de ancianos cárceles instituciones especiales, etc.
La atención a la salud mental permanece fuera del circuito sanitario asistencial. El Sr. Oliart, ministro sanidad afirmaba recientemente que la Seguridad Social no se iba a gastar ni un duro en asistencia a la salud mental. Su espacio sigue siendo el de la beneficencia o lo que es lo mismo de la exclusión y de la segregación. Esto evidencia la injusta discriminación que el aparato médico-sanitario establece entre la asistencia a los trastornos somatoorgánicos y los trastornos y disfunciones psicológicas y de la conducta. Discriminación que atenta contra el estado actual de la ciencia, los ciudadanos cotizante de la Seguridad Social (80% de la población), y el derecho de toda persona a la salud, reconocido por nuestra constitución.
Abandono público, negocio privado
La alternativa a esta situación, no puede consistir en la medicalización de la atención a la salud mental, ni de la
mera reparación de los trastornos psicológicos en instituciones médicas, en las que es secuestrado el derecho de toda persona a la gestión de su propia salud, como tampoco lo es la medicalización de la salud en general.
El Estado ha delegado la atención a los problemas de la salud mental básicamente a las Diputaciones, carentes por otra parte de los recursos suficientes para su asistencia, a las instituciones religioso-benéficas, a las distintas entidades privadas, mientras reserva para sí una reducida parcela como el AISNA, el INSERSO. Este dispositivo público insuficiente convierte la atención a la salud mental en un negocio lucrativo, cuando está en manos privadas, al margen de cualquier control público, negocio en el que los criterios preventivos, terapéuticos, rehabilitadores y resocializadores queda con relativa frecuencia excluídos.
En este contexto se plantea una reforma sanitaria que parte de entrada de una absoluta carencia "del diagnóstico concreto de la situación sanitaria española en lo referente a la salud mental, que no pasa de un intento bienintencionado por parte del Gobierno de modificar los servicios psiquiátricos actuales, dejando de lado aspectos más generales de los cuidados de la salud mental". A través de esta reforma sanitaria queda en manos del Gobierno, la interpretación del documento aprobado en relación a sus propios intereses.
No sabemos nada del valor real del documento, de su obligatoriedad práctica, de los plazos de ejecución, de la programación de los cambios, de los mecanismos de gestión, de las formas de financiación y muchos nos tememos que las cosas queden como están.
¿La izquierda reproduce a la derecha?
Las administraciones locales, tienen más competencias de las que usan en este terreno. Un balance inicial que evalúe su labor, no resulta demasiado alentador en lo que hace referencia a la atención de la salud mental; tan solo es de destacar los tímidos intentos por parte de algunos ayuntamientos de izquierda en la promoción de centros de salud. No conviene olvidar que son las Diputaciones y no los Ayuntamientos las que cuentan con los recursos.
Las 16 Diputaciones de izquierda que son los entes de los que se podían esperar más cambios, están reproduciendo en su mayoría la ideología de la derecha, en el plano sanitario, en cuanto que sus preocupaciones no van más allá de las camas hospitalarias, los médicos, la creación de hospitales, etc, dejando aplazadas las profundas transformaciones que hoy es necesario introducir en los dispositivos asistenciales en los que las administraciones locales tienen muy amplias competencias, como es la asistencia psiquiátrica.
Los costes de esta asistencia se han triplicado en estos últimos años, hasta el punto, como señaló el psiquiatra Manuel González de Chaves, de representar entre un 15 y un 30% de los presupuestos generales de las Diputaciones, yendo una parte sustancial de este dinero a parar a las arcas de las instituciones religiosas y privadas que tienen conciertos con las Diputaciones quedando aquéllas exentas de un control público del gasto de estos fondos.
Es esta una razón más, para llevar adelante una transformación de la asistencia hacia planteamientos renovadores y comunitarios que por otra parte abaratan la asistencia y ofrecen un mejor servicio a los ciudadanos.
Italia
Resulta sorprendente el retraso secular en el que están sumidos los cuidados de la salud mental en comparación con otros países como Italia. La experiencia italiana nos plantea la necesidad de que esta problemática salga de las instituciones para incrustarse en toda la sociedad, sólo así se garantizará el cambio.
Desde hace 10 años se inició en Italia un fuerte movimiento de profesionales y técnicos de la salud mental, que llevó el debate a los sindicatos, partidos, a los políticos, administradores y a los ciudadanos en general. Basaglia tuvo un papel indiscutible en la conformación de este movimiento.
Fruto de este complejo y rico proceso ha sido posible la Ley 180, aprobada por el Parlamento italiano. Esta ley prevee el cierre de los manicomios, prohibe la construcción de otros nuevos, las subvenciones a las instituciones privadas psiquiátricas, y los internamientos involuntarios, ofreciendo como alternativa la asistencia en la comunidad.
A lo largo de la Semana de la Salud Mental se fueron perfilando toda una serie de rasgos alternativos, algunos de los cuales fueron:
• La incorporación de la Salud Mental dentro de un concepto de Salud Integral que persiga la promoción y el fomento de la misma.
• Incorporación de los cuidados de la salud mental dentro del sistema sanitario general, en la perspectiva descentralización del mismo.
• Sectorialización de la asistencia a la salud mental, a partir de la cual se efectúe una planificación de la misma mas acorde con las necesidades que se plantean en este campo.
• Desmantelamiento de los manicomios y creación de Centros de Salud Mental en la comunidad que atienda al conjunto de las necesidades de la salud mental, tanto preventivas como asistenciales.
Otros rasgos que se planteaban eran: la necesidad de un abordaje interdisciplinar y de trabajo en equipo, la necesidad de contratación de nuevos profesionales.
• Participación de la comunidad en la planificación y gestión de la Atención a la salud mental, etc.
Franco Rotelli, director del Hospital Psiquiátrico de Trieste amigo y estrecho colaborador de Basaglia planteaba que en nuestro país veía, que sin un movimiento de técnicos de la salud mental que lucharán desde dentro y desde fuera de las instituciones psiquiátricas, difícilmente tendría lugar una verdadera transformación en este terrero. Precisamente una característica de los profesionales y técnicos de la salud mental en nuestro país es la total dispersión en la que trabajan así como un cierto desaliento por el fracaso de las distintas experiencias renovadoras en salud mental.
Avanzar en esta situación pasa por la toma de conciencia del papel que en la transformación de la atención a la salud mental que nos corresponde a los técnicos.
La Semana de la salud mental si evidenció algo, fue la necesidad de una continuidad en la tarea de sensibilización a los distintos sectores de la población, a fin de que estos vayan asumiendo la lucha por la obtención de unos mejores niveles de salud y asistencia sanitaria, así como una mayor participación en la misma. También, continuidad en un trabajo de transformación desde dentro de las instituciones, pues mientras sigan existiendo instituciones de segregación y exclusión, nosotros los técnicos seguiremos siendo instrumentos de represión y de mistificación.