Papeles del Psicólogo es una revista científico-profesional, cuyo objetivo es publicar revisiones, meta-análisis, soluciones, descubrimientos, guías, experiencias y métodos de utilidad para abordar problemas y cuestiones que surgen en la práctica profesional de cualquier área de la Psicología. Se ofrece también como foro para contrastar opiniones y fomentar el debate sobre enfoques o cuestiones que suscitan controversia.
Papeles del Psicólogo, 1987. Vol. (28-29).
Dr. F.M. MCPHERSON
Tayside Area Clinical Psychology Department, Royal Dundee Liff Hospital, Dundee DD2 5NF, UK.
En este artículo al hablar de Europa Occidental se considera incluidos los Países Nórdicos.
Actualmente no existe un modelo de formación aceptado unánimemente por todos los países de Europa Occidental. En lugar de ello lo que hay es una asombrosa diversidad de modelos según los diversos países, e incluso dentro de un mismo país. Por ejemplo, en la mayoría de los países un estudiante que se forma en Psicología Profesional obtiene un único grado y con frecuencia, al principio de éste, participa en cursos relevantes para la práctica profesional; sin embargo en el Reino Unido los estudiantes siguen dos grados por separado, el primero sobre Psicología general con poco contenido profesional y el segundo exclusivamente dirigido hacia la formación profesional. Los países difieren en la duración de sus programas de formación, y mientras en algunos se reconoce legalmente al psicólogo tras haber estudiado Psicología durante cuatro años, éste sería el caso de los Países Bajos, en otros como por ejemplo Noruega y Suecia, se requiere un mínimo de seis años. En algunos países de Europa Occidental no es necesaria experiencia práctica para el reconocimiento legal del título mientras que en otros se requiere una formación práctica supervisada. También existen diferencias en cuanto al contenido de la formación, referido a una formación profesional general o especializada, en las posibles especialidades y en otros diversos aspectos.
No obstante, en los últimos dos o tres años ha sido posible detectar influencias que se orientan hacia la reducción de esta gran diversidad y que quizás nos conduzcan hacia cierta uniformidad. Una de las influencias es el movimiento bastante acelerado hacia el reconocimiento legal de la Psicología; existe un escaso acuerdo sobre los métodos y normativas de formación, en caso de que éstas no se cumplan y si una persona puede llamarse a sí misma psicólogo. Italia, Austria, Francia, Bélgica y el Reino Unido se han unido, o lo harán en breve, a los Países Bajos, Noruega, Suecia, España e Islandia para proporcionar alguna medida de protección legal a la Psicología o a alguna de sus ramas, por lo general a través de leyes aprobadas que reconozcan el título.
Un segundo factor importante es la existencia ahora de un forum que permite a las Asociaciones nacionales de psicólogos profesionales de Europa Occidental discutir sobre temas de interés común, incluyendo por supuesto la armonización de la formación y la práctica. Hasta hace poco la Psicología profesional europea estaba muy fragmentada por cuestiones de idioma, cultura, historia reciente y existía poca comunicación entre los países. Sin embargo en 1981 se fundó la Federación Europea de Asociaciones de Psicólogos Profesionales a la que pertenecen actualmente unas veinte Asociaciones Nacionales, incluyendo ala mayoría de las existentes en Europa Occidental. En su Tercera Asamblea General, celebrada en 1984, la Federación Europea llego al acuerdo de la necesidad de trabajar para conseguir alguna medida de armonización respecto a la formación.
La Federación Europea ha organizado un Equipo de Trabajo para presentar un informe a la Asamblea General y proponer una normativa común para la formación profesional y una estrategia para la consecución de la armonización de la formación. Este Equipo de Trabajo todavía tiene que presentar dicho informe y, por supuesto, sus recomendaciones serán discutidas por la Asamblea General por lo que todavía no es posible anticipar resultados.
Más recientemente, un tercer factor -de carácter político- ha resultado tener gran influencia. La Comunidad Europea -el Mercado Común- está proponiendo una Directiva para el reconocimiento mutuo de la cualificación profesional en la Comunidad. Esto podría aplicarse a todas las profesiones y el punto clave, en cuanto a la Psicología, es que un psicólogo profesional miembro cualificado de un país de la Comunidad y que desee trabajar en otro país, deberá ser reconocido como tal por el país en cuestión, el cual puede exigir alguna experiencia adicional supervisada. Una Directiva se está debatiendo legalmente en los países de la Comunidad, que incluye la mayoría de países de Europa Occidental, de forma que las implicaciones de esta Directiva (si sale adelante) serán de importancia para los psicólogos de Europa Occidental y, sin lugar a dudas, en otros países.
Por tanto, aunque existe una considerable diversificación en cuanto a los métodos y práctica de formación actuales, la influencia de los movimientos orientados hacia el reconocimiento legal, el marco de la Federación Europea y las expectativas políticas de la Comunidad, están de acuerdo en reducir esta diversidad y proporcionar medidas de armonización en los próximos años.
A continuación consideraré brevemente cuatro aspectos. Primero, ¿hasta qué punto son deseables las normativas internacionales sobre formación?. Dentro de la Europa Occidental hemos acordado la necesidad de medidas de armonización de normativas para conseguir así una libertad de movimiento de los psicólogos y de la Psicología entre los distintos países, y además porque desde nuestro punto de vista la madurez de una profesión puede calibrarse por la existencia de normativas y acuerdos sobre los criterios esenciales respecto a la práctica y formación. Esto es particularmente cierto para profesiones de base científica como es la nuestra. Por otro lado la Federación Europea no debería perseguir la consecución de un modelo único, idéntico en todos los países. la práctica profesional debe estar inevitablemente influida por el marco político, social, económico y educativo de cada país en particular. Por ejemplo, la formación de psicólogos clínicos debe ser necesariamente diferente en aquellos países donde la profesión discurre preferentemente de forma privada, basada en la cuota por el servicio, a aquellos países donde los psicólogos clínicos son fundamentalmente trabajadores contratados por los servicios estatales encargados de la salud. la tarea de los grupos internacionales de psicólogos profesionales, al encontrarse con tal diversidad de modelos deformación, es destacar aquellas diferencias resultado de accidentes históricos y aquellas que son esenciales si la formación debe ser relevante en su totalidad para el país donde el psicólogo trabaja.
En segundo lugar, aunque pensamos que ciertas medidas de armonización son deseables en Europa Occidental, ¿recomendamos la existencia de acuerdos sobre normativas globales?. Aunque la Federación Europea todavía no ha considerado este aspecto, no me cabe duda de que los criterios válidos para Europa Occidental lo serán también globalmente. Pero más importante aún es la necesidad de que la formación refleje el contexto nacional en el que funcionarán los psicólogos profesionales.
En tercer lugar, la movilización hacia la armonización es deseable, pero ¿cómo conseguirla? Cuando se publique la Directiva de la C.E.E., habrá dentro de la Comunidad Europea un sistema de reconocimiento mutuo de la cualificación de la Psicología profesional. Esto nos llevará seguramente al desarrollo dentro de cada país de un sistema formal de acreditación de cursos, incluso en aquellos en los que no sea reconocido legalmente. Aunque estos cambios políticos y administrativos crearán, sin lugar a dudas, un clima que facilite la armonización, esto no será suficiente para llegar a un modelo único o grupo de modelos de formación profesional. La experiencia de otras profesiones que han sido objeto de las Directivas de la C.E.E. sugieren que la armonización puede resultar únicamente de acuerdos voluntarios de las Asociaciones nacionales de psicólogos profesionales, y que las organizaciones internacionales, como es la Federación Europea, tienen un papel esencial a este respecto. La Federación Europea podría promover la recogida e intercambio de información sobre los métodos deformación en Europa Occidental y entre ésta y otras partes del mundo. Podría facilitar el uso de interesantes revisiones internacionales en las que un grupo de psicólogos de diferentes países podrían vivir durante un tiempo en un país observando los métodos de formación y su contenido, informando sobre los puntos débiles y fuertes. La Federación Europea puede intentar identificar casos de prácticas adecuadas y hacerlas públicas por toda la Región.
En cuarto lugar, si adoptásemos esta postura en Europa Occidental, ¿cuáles son las áreas en las que el acuerdo es más asequible, y cuáles son las áreas más problemáticas?. Mi opinión personal es que es más asequible un acuerdo mayoritario -aunque no total- sobre la formación profesional en Psicología incluyendo dos aspectos: un componente de pregrado consistente en formación básica en psicología científica, y otro de licenciatura para una formación avanzada en psicología profesional. Probablemente existe un acuerdo sobre la duración aproximada de tres años para cada componente, y también sobre el contenido académico de la formación de pregrado deberían ser tratados temas sobre Psicología Experimental, Evolutiva, Social y Psicopatología, y la necesidad de instrucción teórica y práctica sobre los métodos y técnicas en Psicología. Existirá, probablemente, acuerdo sobre que la formación que conduce al grado (licenciatura) incluya experiencia práctica supervisada además de unos estudios académicos y una tesis.
Existirá un menor acuerdo, desde mi punto de vista, sobre hasta qué punto la formación básica debe orientarse a la especialización en uno u otro de los campos de aplicación de la Psicología profesional. ¿Debería haber algún trabajo práctico y teórico relevante profesionalmente o debería ser ésta una formación básica general, científica? si se acordase una instrucción relevante profesionalmente, ¿debería el estudiante elegir entre las especialidades, por ejemplo Psicología Clínica o Psicología Ocupacional, o debería ser la instrucción relevante profesionalmente común para todos los profesionales, Psicología aplicada?.
Supongo que el punto más conflictivo se sitúa en el componente de grado o licenciatura y en particular en el grado de especialización. ¿Debería la formación de licenciatura para la Psicología profesional cubrir algunos aspectos comunes a varias especialidades, o debería tener un carácter de Psicología Clínica, Educativa u Ocupacional? ¿debería especializarse más aún, con jóvenes psicólogos entrenados para trabajar sólo con deficientes mentales, o con adolescentes, o con problemas de tráfico?. Cuestiones de este tipo son difíciles de resolver, no sólo porque afectan a intereses creados de los grupos sino porque plantean cuestiones fundamentales sobre la naturaleza de la Psicología, y su coherencia como disciplina y profesión.
Antes de oprimirnos por la ingente tarea, déjenme que les recuerde que Europa Occidental ofrece un ejemplo de cómo un grupo de países pueden, con el tiempo, desarrollar algunas medidas de armonización los Países Nórdicos, aunque mantienen su independencia, han avanzado hacia un reconocimiento mutuo de las cualificaciones y hacia la armonización de métodos y contenido. Bajo la influencia política de la Comunidad Europea y el liderazgo profesional de la Federación Europea, los países de Europa Occidental podrían ofrecer un ejemplo de Psicología profesional si, como esperamos que ocurra, nos decidimos todos a trabajar sobre los acuerdos globales en la formación.