Papeles del Psicólogo es una revista científico-profesional, cuyo objetivo es publicar revisiones, meta-análisis, soluciones, descubrimientos, guías, experiencias y métodos de utilidad para abordar problemas y cuestiones que surgen en la práctica profesional de cualquier área de la Psicología. Se ofrece también como foro para contrastar opiniones y fomentar el debate sobre enfoques o cuestiones que suscitan controversia.
Papeles del Psicólogo, 1992. Vol. (52).
RICARDO DÍAZ Y ISMAEL QUINTANILLA
Autor y Director del proyecto.
El trabajo que ahora publicamos es parte de una investigación mucho más amplia que, promovida, respaldada y subvencionada por el Colegio Oficial de Psicólogos, recibe el nombre de «Identidad e imagen corporativa del psicólogo en el Estado español: Un estudio desde la perspectiva del marketing social». El proyecto consta de tres fases, la primera de ellas es la que ofrecemos en estas páginas, bajo el título: «La identidad profesional del psicólogo en el Estado Español».
Metodología de la investigación
Introducción
La investigación cuyos resultados se presentan en este trabajo, forma parte de un proyecto mucho más amplio de lo que aquí se refleja, y está subvencionado, respaldado y promovido por el Colegio Oficial de Psicólogos del Estado Español y en el que han participado todas las Delegaciones del Colegio, especialmente en la' administración de los cuestionarios. El proyecto de investigación general en el que se enmarca esta primera fase del trabajo fue aprobado por la Junta Estatal del Colegio Oficial de Psicólogos del Estado Español con el nombre de «Identidad e imagen corporativa del psicólogo en el Estado Español. Un estudio desde la perspectiva del marketing social».
Tal y como se expresa en el mencionado proyecto, la 'investigación en su conjunto consta de tres fases que son:
1.Análisis de la identidad y rol profesional de los psicólogos.
2.Análisis de la imagen social de los profesionales de la Psicología.
3.Desarrollo de una política de marketing profesional aplicable a nuestro colectivo profesional.
Cada una de las fases señaladas son independientes en su realización y ejecución pese a que todas ellas se integran dentro del modelo metodológico e interventivo del marketing, y más específicamente del marketing social. Por lo tanto, a pesar de que en este trabajo únicamente nos vamos a ocupar de la primera de las tres fases enumeradas, no debe olvidarse que ésta se entiende dentro del contexto general del marketing y más concretamente del proyecto del que forma parte.
Cronología de la investigación
Dado que la idea de abordar la identidad de un colectivo profesional no era original nuestra, el primer paso, antes de iniciar la investigación, consistió en realizar una exhaustiva revisión de la bibliografía existente en relación con el terna de interés.
Sin embargo, de toda la información recogida existe un trabajo, la investigación de Adolfo Hernández (1982a, 1982b, 1983), que merece una atención especial, ya que es el primer estudio con que contarnos acerca de la situación de la profesión del psicólogo en España a nivel general, Además tiene el interés de estar realizada en el momento en que el colectivo profesional de los psicólogos se constituyó en una organización autónoma e independiente. Por tanto, a lo largo del trabajo que aquí se presenta podrán establecerse en algunos casos interesantes comparaciones con los datos de nuestra investigación realizada, aproximadamente, diez años después (1990-1991).
Una vez sistematizado y analizada toda la información recogida se inició la fase de estudios cualitativos, que quedaron reflejados en dos reuniones de grupo con profesionales de la Psicología de las distintas áreas de intervención, que tuvieron lugar en el ámbito de la Comunidad Valenciana durante el mes de mayo de 1989. El resultado fue una interesante información acerca de las opiniones y valoraciones sobre el estado y la realidad de nuestra profesión y de la Psicología en general,
Decidimos que la mejor forma de conseguir la mayor cantidad de información posible sobre la realidad de la profesión, objetivo de la investigación, era confeccionando un extenso cuestionario en el que se incluyeran todas las cuestiones de interés.
El cuestionario debería estar compuesto de tres partes, En la primera de ellas se abordarían todas las cuestiones académicas y las referentes a las características sociolaborales en que se encuentran los colegiados. La segunda debería de incluir una larga lista de tareas o actividades relacionadas con el ejercicio profesional propio de los psicólogos con el fin de que los encuestados pudieran indicar las actividades que realizan en su desempeño laboral y de esta forma extraer los perfiles reales de los practicantes de la Psicología profesional. Por último, la tercera parte consistiría en los datos personales y sociodemográficos más importantes, aunque se decidió que el cuestionario debería de ser anónimo, es decir, que el encuestado no tuviera la obligación de identificarse.
Para la elaboración de dicho cuestionario se inició un largo proceso, a lo largo del cual se realizaron entrevistas con profesionales de todos los campos de intervención de la Psicología, en las que se recogieron un extenso listado de tareas que fue posteriormente sometido a la valoración y opinión de un conjunto de jueces y especialistas tanto a nivel profesional como teórico/investigador, Consideradas las observaciones planteadas por los jueces procedimos a elaborar el inventario de tareas que debía de incluirse en el cuestionario piloto.
Paralelamente a la construcción del inventario de tareas, se elaboró la primera parte del cuestionario que debería recoger los datos personales, demográficos, de formación, socioeconómicos y profesionales. En base a diversas reuniones de trabajo con especialistas, los propósitos de nuestro estudio, las revisiones realizadas de otras investigaciones similares y las oportunas pruebas preliminares, se confeccionó el cuestionario piloto, que se unió posteriormente al inventario de tareas y al pequeño apartado de los datos sociodemográficos.
Después de administrar el cuestionario preliminar a una pequeña muestra de 25 profesionales de la Psicología en la ciudad de Valencia con el objetivo de comprobar su correcta comprensión y funcionamiento, y tras las oportunas y consecuentes modificaciones, el cuestionario adoptó su formato definitivo tal y como se ha administrado a la muestra seleccionada en todo el Estado Español.
El 1 de marzo de 1990 fueron enviados desde Valencia los cuestionarios a todas las Delegaciones del Colegio Oficial de Psicólogos junto con las correspondientes instrucciones para su distribución y administración entre los colegiados elegidos. La distribución debía de ser personal y directa. En cada Delegación se designan una persona que debía de responsabilizarse de la correcta administración del cuestionario en su territorio geográfico. Se estableció un plazo máximo para el envío de las encuestas contestadas a la Delegación del Colegio en el País Valenciano. A mediados del mes de abril ya se disponían de todas las encuestas necesarias para iniciar el tratamiento estadístico de las mismas. La única Delegación que supuso una excepción fue la Delegación de Las Palmas que no envió ningún cuestionario cumplimentado. En cualquier caso, y dado el bajo número de colegiados de esta Delegación -es la más pequeña de todas las que componen el COP-, los resultados generales de todo el Colegio no se vieron afectados.
El muestreo
El universo objeto de nuestra investigación se definió desde un principio como el de todos los psicólogos pertenecientes al Colegio Oficial de Psicólogos del Estado Español, lo que representaba una población de 19.752 licenciados en Psicología según los censos disponibles en fecha 1 de diciembre de 1989. De acuerdo con el nivel de confianza que se estableció, 95,5 por 100, y el margen de error muestra¡ admitido, ± 4 por 100, la muestra debía de estar compuesta por 606 psicólogos. La muestra de encuestados fue elegida de acuerdo con un muestreo aleatorio estratificado y con una afijación proporcional (Rodríguez Osuna, 1986). Es decir, que en cada Delegación del Colegio debía de seleccionarse una muestra que fuera proporcional al número de colegiados que aportan al total de colegiados del Estado Español.
Asimismo, se estableció un coeficiente de elevación K según la fórmula N/n, donde N es igual al número de colegiados en cada Delegación y n el número de colegiados componentes de la muestra que esa Delegación debía de aportar a la muestra nacional. Esta constante, que lógicamente era la misma para cada Delegación e igual a 32, debía de ir sumándose sistemáticamente según la fórmula X + K, X + 2K, X + 3K, etc., a lo largo de los Estados de cada Delegación ordenados según el número de colegiación de cada miembro y en la que X es un número que debía de ser elegido al azar entre los K primeros números de los Estados. El número elegido, tras oportuno proceso de elección al azar, fue el 1. Los números seleccionados de acuerdo con el sistema expuesto constituirían la muestra con la que trabajar.
La distribución final de los 606 psicólogos de que debía constar la muestra según los estratos o Delegaciones quedó establecida, una vez ponderada de manera oportuna la ausencia de cuestionarios de la Delegación de Las Palmas, de la siguiente forma:
Ver tabla 1.
Lógicamente, los datos obtenidos para cada una de las Delegaciones no son significativos para la población de psicólogos de cada una de ellas dado que al haberse realizado un muestreo por estratos o zonas geográficas, la muestra recogida en cada Delegación no es válida para ésta, sino que es proporcional a la cantidad de colegiados que las Delegaciones aportan a la población total de psicólogos en el Estado Español. Se observará, por tanto, que a lo largo de los comentarios del presente trabajo se han obviado las referencias a los resultados parciales de las Delegaciones.
La distribución de la muestra de colegiados seleccionada finalmente de acuerdo con la antigüedad en la fecha de alta en el colegio es como se refleja en el gráfico 2.
El tratamiento estadístico
El tratamiento estadístico ha sido realizado por la empresa TESI, S. A., especializada en este tipo de trabajos. Conviene aclarar que dada la enorme cantidad de información obtenida, sobre todo por lo exhaustivo del tratamiento y la longitud del cuestionario, en el presente trabajo únicamente se han considerado algunos de los resultados que hemos considerado más interesantes por lo que respecta a la situación socio-profesional actual de las personas que constituyen la organización colegial de los profesionales de la Psicología.
El tratamiento estadístico, realizado con el programa informático BARBRO, consiste en una tabulación de frecuencias y porcentajes -horizontales y verticales- de un amplio grupo de variables cruzadas con todos los ítems que componían el cuestionario. Las variables consideradas más relevantes que se cruzaron fueron; el sexo, la edad, el estado civil, año de licenciatura, situación sociolaboral actual -paro, trabajo como psicólogo y trabajo como no psicólogo-, porcentaje de su tiempo de trabajo que dedican a la Psicología, área de intervención a la que se dedican con prioridad, los ingresos que los colegiados. perciben por su trabajo como psicólogos y el tipo de contrato que los psicólogos en ejercicio mantienen en sus respectivos trabajos como psicólogos.
Análisis de los resultados
1. Introducción
Tal como se definió el universo de aplicación de la investigación, el presente trabajo se limita a los psicólogos pertenecientes al Colegio Oficial de Psicólogos del Estado Español. Esto quiere decir que los datos que se extraen de la aplicación del cuestionario construido y que aquí se exponen son únicamente generalizables al universo descrito. Sin embargo, queremos advertir que a lo largo de los comentarios que se incluyen en este trabajo se utilizan distintas palabras y expresiones -licenciados en Psicología, psicólogos, profesionales de la Psicología, titulados en Psicología, entre otros- para hacer referencia a lo que en sentido estricto debía limitarse a la expresión y al concepto de «colegiados». Esta decisión responde únicamente a motivos puramente retóricas y tiene como único objetivo evitar la repetición de una misma palabra en el texto.
Somos conscientes de que los licenciados en Psicología son bastantes más de los que están colegiados y que por ello, los resultados y conclusiones alcanzadas en la investigación no tendrían por que ser las mismas que afectarían al conjunto total de psicólogos en todo el territorio nacional. Sin embargo, razones metodológicas hacen que nos limitemos a la población de psicólogos pertenecientes al Colegio Oficial de Psicólogos, organización ésta que impulsó y subvencionó el proyecto de investigación.
Se observará que en ocasiones, cuando ha existido la posibilidad, se establecen comparaciones de los resultados de nuestro estudio con otros datos, tales como los de la investigación que Adolfo Hernández realizó en 1981 con el mismo universo de población, o la información procedente de estadísticas oficiales (Instituto Nacional de Estadística [INE] Centro de Investigaciones Sociológicas [CIS], la Encuesta de Población Activa [EPA], entre otras).
Pasamos a continuación a exponer los resultados más significativos de la investigación con el objetivo de reflejar lo más exactamente posible el estado general de nuestra disciplina y la realidad en la que se desenvuelven los profesionales de la Psicología en España.
En primer lugar presentamos una descripción general de los 606 psicólogos que componen la muestra de colegiados, objeto de análisis en base a las variables sociodemográficas más importantes incluidas en el cuestionario, colegiados pertenecientes al COP. Se trata, por tanto, de una descripción del perfil sociodemográfico del colectivo de psicólogos que formamos parte de nuestra organización colegial.
2.Descripción sociodemográfica de los psicólogos colegiados
2.1.La edad
Uno de los rasgos que caracteriza nuestra disciplina y que resulta bastante evidente tras un rápido análisis del gráfico 3 y la tabla 2, es la JUVENTUD de los profesionales de la Psicología. Este hecho muestra una justa correlación con la juventud de la profesión tanto a nivel institucional como académico. No olvidemos que es en 1980 cuando se crea la Organización Colegial de los Psicólogos, que es en 1969 cuando se crea la primera sección de Psicología en la licenciatura de Filosofía y Letras en las Universidades de Madrid y Barcelona, y que tan sólo en 1978 es cuando se constituyen las primeras Facultades de Psicología. Teniendo estos acontecimientos presentes resulta menos extraño comprobar que el 68,5 por 100 de los profesionales de la Psicología tiene menos de treinta y cinco años y que la cifra llega al 82,1 por 100 para los menores de cuarenta años. De forma contraria, solo el 3,4 por 100 de los psicólogos tiene más de cincuenta años y únicamente el 8 por 100 supera los cuarenta y cinco años de edad. Así pues, podemos afirmar con rotundidad que la Psicología es una profesión tremendamente joven y, por tanto, en proceso de crecimiento y expansión.
Comparando estas cifras con las extraídas en la investigación de Hernández (1982) podemos observar que los profesionales de la disciplina han «madurado» ligeramente por lo que respecta a la edad. Mientras que en 1981 los psicólogos menores de treinta años constituían el 63 por 100 del total, actualmente la tasa se ha reducido al 29,8 por 100. Igualmente, del 5 por 100 que representaban los mayores de cuarenta y cinco años a comienzos de los años ochenta se ha pasado al 8 por 100 actual. El gráfico comparativo número 4 permite una observación más clara de estos índices.
Muy relacionado con el tema de la juventud de los profesionales, también podemos comprobar que el 71,6 por 100 de los colegiados se licenciaron durante la pasada década, es decir, durante los últimos diez años, mientras que únicamente el 25,5 por 100 es psicólogo desde hace más de diez años (gráfico 5). Estos datos lo dicen todo respecto al estadío en que se encuentra la Psicología dentro de su proceso de desarrollo.
2.2.El sexo
Al entrar a analizar la variable sexo entre los profesionales de la Psicología en España llegamos inmediatamente a una conclusión La Psicología es una disciplina en la que existe un claro dominio numérico de las mujeres sobre los hombres, ya que el 64,9 por 100 de la población colegial son psicólogas, frente al 34,0 por 100 de psicólogos (gráfico 6). Evidentemente, otra cuestión bien distinta, que es analizada a lo largo de esa trabajo, es el trato laboral y las posibilidades de ejercer la profesión que tienen hombres y mujeres dentro de la disciplina. Comparando estos datos con los que ofrece Hernández (1982) de los colegiados en 1981, podemos asegurar que la profesión sigue un proceso de «feminización», ya que la proporción ha variado del 41 por 100 de psicólogos frente al 59 por 100 de psicólogas de entonces, al 34 por 100 frente al 64,9 por 100 actual (gráfico 6).
La confirmación de este proceso de creciente desproporción de hombres y mujeres, se ve más claro todavía si se observan los datos referentes a la distribución por sexos según los años de licenciatura (gráfico 7). Si el dominio de las mujeres entre los licenciados colegiados antes de 1980 era ya claro, aunque moderado -43,8 por 100 frente al 55,7 por 100- y la tendencia hacia un creciente desnivel a lo largo de la década es notable, las cifras a las que se llega en los años 1988.89 son realmente desorbitantes, mientras que el 88,9 por 100 de los psicólogos colegiados en esos dos años son mujeres, tan sólo el 11.1 por 100 lo constituyen los hombres.
Así pues, de acuerdo con los datos presentados, no solamente podemos afirmar que la Psicología es una profesión mayoritariamente compuesta por mujeres, sino que de continuar las tendencias actuales, esta realidad no sólo se mantendrá, sino que se acentuará, sobrepasando incluso unas proporciones de nueve a uno de mujeres frente a hombres.
2.3.Estado civil
Por lo que respecta al estado civil de los profesionales de la Psicología, reflejado en el gráfico 8, los datos nos indican que una mayoría están casados -poco más de la mitad, 53,7 por 100- mientras los solteros suponen 41,3 por 100 de] total de los encuestados. Un hecho llamativo es que los psicólogos se casan más que las psicólogas; un 65,4 por 100 de los primeros están casados frente al 48,3 por 100 de las mujeres.
Por otra parte, la tasa total de fracasos matrimoniales supone el 3,9 por 100, entre los separados y los divorciados legalmente. Es significativo el mayor porcentaje de separaciones que se registra entre las mujeres respecto a los hombres; mientras que tan sólo el 1,9 por 100 de los psicólogos hombres han visto roto su matrimonio (separados o divorciados), en las mujeres la tasa llega al 4,9 por 100.
Por otra parte, entre los colegiados/as casados abundan las parejas que tienen hijos (71,1 por 100) respecto a los que no los tienen (14,8 por 100). Destaca también aquí que las psicólogas suelen tener menos descendencia que los psicólogos; mientras que el 19,1 por 100 de las colegiadas no tienen hijos sólo el 8,7 por 100 de los colegiados carecen de descendientes (gráfico 9). Llama la atención que casi la mitad de los hombres casados (47,2 por 100) tiene dos o más hijos.
2.4.Distribución territorial
La distribución de los profesionales de la Psicología por lo que respecta a las provincias de residencia presenta, de forma análoga a la representación por Delegaciones del Colegio, un claro dominio de los colegiados residentes en la provincia de Madrid. Mientras que el 35,5 por 100 de los profesionales de la Psicología viven en la provincia de la capital del Estado, existen 27 provincias en que el porcentaje de su representación no llega al 1 por 100 del total de los psicólogos. Palencia, Segovia y Soria (con el 0,1 por 100 del total), Badajoz, Cáceres, Teruel y Toledo (con el 0,2 por 100), Ciudad Real (0,3 por 100) y Albacete, Avila, Cuenca, Guadalajara, Huesca y Zamora, provincias que no obtienen representación en la muestra seleccionada, son las zonas españolas con menor cantidad de psicólogos colegiados. Resulta bastante preocupante la escasa o prácticamente nula implantación que la Psicología tiene en estas últimas provincias. Ni que decir tiene que en estas capitales no pueden cursarse los estudios superiores de Psicología.
Por el extremo contrario, y al margen de la mayoría ya comentada de los residentes en Madrid, las provincias en que cuentan con mayor cantidad de colegiados residentes son; Valencia (9,0 por 100), Sevilla (5,6 por 100), Vizcaya (4,4 por 100), La Coruña (4,3 por 100), Guipúzcoa (4,0 por 100), Asturias (3,0 por 100), Málaga (2,8 por 100) y Murcia (2,6 por 100). A partir de aquí hay una gran dispersión de pequeños porcentajes entre el resto de las provincias españolas.
A la vista de estos datos, parece claro que la Psicología es una profesión que tiene un mayor desarrollo en las zonas urbanas y en los alrededores de las grandes ciudades, mientras que en las zonas más rurales, o al menos en las ciudades más pequeñas, presenta una preocupante baja implantación.
A modo de conclusión sobre el perfil sociodemográfico de los colegiados en el Colegio Oficial de Psicólogos, podemos decir que los psicólogos españoles son en general muy jóvenes, aunque analizando su evolución en los últimos años podemos ver que ha habido un proceso de «maduración», sobre todo a nivel de experiencia profesional. Hay un claro dominio numérico de las psicólogas sobre los psicólogos y de continuar la tendencia apuntada en los últimos años, la profesión pasará a estar ejercida en poco tiempo por una mayoría aplastante de mujeres. Más de la mitad de los profesionales colegiados están casados, aunque la diferencia entre éstos y los solteros no es grande. Se casan más los hombres que las mujeres y hay un mayor porcentaje de mujeres que de hombres que fracasan en su matrimonio, entendiendo por fracaso matrimonial los casos de divorcio y separación. Igualmente, son los hombres los que tienen más hijos que las mujeres.
Se trata la nuestra de una disciplina urbana ya que existe una mayor abundancia de profesionales de la Psicología en las zonas urbanas que en las rurales: más de la mitad residen en las provincias de Madrid, Valencia o Sevilla, mientras que es alarmante la escasa implantación que la profesión tiene en determinadas zonas y provincias del territorio nacional.
3.Situación laboral de los psicólogos pertenecientes al COP
Este capítulo se centra en las tres preguntas que están incluidas en el módulo B de la primera parte del cuestionario y describe la situación socioprofesional de los psicólogos en el momento de contestar. La primera de ellas es una pregunta filtro que orienta a los encuestados a una parte distinta del cuestionario en función de la respuesta que se emita. Las alternativas son tres: 1) situación de desempleo total, 2) no realización en el trabajo de ninguna actividad relacionada con la Psicología y 3) realización en el trabajo de alguna actividad relacionada con la Psicología.
De acuerdo con los resultados obtenidos en nuestra investigación la tasa de paro existente en la profesión es del 10,5 por 100 sobre la población de psicólogos colegiados (gráfico 10). Esto quiere decir que se ha producido un descenso del desempleo en Psicología desde 1981 (Hernández 1982), ya que del 16 por 100 de entonces se ha pasado al 10,5 por 100 actual.
Siguiendo este análisis puede constatarse el desarrollo experimentado por la Psicología profesional en los últimos diez años. Mientras que en 1981 la tasa de paro en la profesión era del 16 por 100, bastante por encima de la tasa de paro de la población activa en general (12,6 por 100), y muy superior a la registrada los titulados superiores (10,6 por 100), actualmente el 10,5 por 100 de desempleo que la Psicología soporta está por debajo de la cifra que afecta a los titulados superiores (13,6 por 100) y es muy inferior a la tasa paro de la población activa del país (17,3 por 100), de acuerdo con las cifras de la Encuesta de Población Activa de 1989 (gráfico l0).
Es conveniente señalar que tanto en la investigación de Hernández (1982) como en la nuestra de 1990 los datos expuestos están extraídas de una muestra de colegiados del COP y los datos de desempleo general y universitario con que se comparan son en ambos casos los facilitados por la EPA (Encuesta de Población Activa) del INE (Instituto Nacional de Estadística), por lo que la comparación establecida es válida. Sin caer en el triunfalismo, pues como se comprueba en esta misma investigación no hay motivos para ello, podemos afirmar con propiedad que se ha producido una evolución positiva de la tasa de paro y un avance importante en la Psicología durante la década de. los ochenta, al menos en el plano profesional, plasmado, como se ve, en una considerable reducción del desempleo. Así pues, a pesar de que el estado de la Psicología profesional es mejorable en numerosos aspectos, éste es bastante más saludable del que padecía hace tan sólo diez años. A lo largo de los distintos análisis realizados y que se recogen en este trabajo, se podrán comprobar muchos de esos aspectos en los que ha mejorado, además de poder confirmar las deficiencias con las que todavía se encuentran los colegiados en su ejercicio profesional.
Otro aspecto importante que conviene señalar es la preocupante discriminación laboral que se produce en función de los sexos dentro de la Psicología. Mientras que únicamente el 2,1 por 100 de los psicólogos hombres están en situación de desempleo, entre las psicólogas el porcentaje llega al 15 por 100. Visto de otra manera las cifras son aún más alarmantes; del total de titulados en Psicología que están en paro, el 92,1 por 100 son mujeres y el 6,7 por 100 hombres (gráficos 11 y 12).
A pesar de que la marginación laboral hacia la mujer en nuestra profesión es, a la vista de los datos expuestos, incuestionable, esta circunstancia no es un rasgo característico exclusivo de nuestra profesión, ni es tampoco una situación que haya emergido recientemente, ya que dicha desigualdad se manifiesta en otros muchos aspectos de la vida social dentro de nuestro entorno cultural.
En este sentido, podemos observar como, de acuerdo con los últimos datos de la EPA (1990), también las mujeres en general tienen menores posibilidades de trabajar que los hombres, ya que la tasa de paro de la población activa entre mujeres es de 24,8 por 100, mientras que en los hombres es el 12,5 por 100. Lo mismo podemos decir respecto a los titulados superiores, pues de las mujeres con titulación superior, el 25,4 por 100 está en desempleo, mientras que entre los hombres disminuye al 13 por 100 (gráfico 13). Estos índices nos ofrecen una perspectiva de la discriminación laboral de la mujer más allá de nuestra disciplina Profesional.
La distribución del desempleo según las edades de los licenciados también presenta, no por lógicos y poco sorprendentes, motivos para la preocupación, pues el 37,5 por 100 de los psicólogos menores de veinticinco años, están en paro total y forzoso. Igualmente, del total de parados, la mitad tiene menos de treinta años, lo que equivale a decir que el 30 por 100 de los psicólogos (porcentaje que representan los menores de esta edad) soporta el 50 por 100 del desempleo de la profesión (gráfico 14). Aunque no deba servirnos de consuelo, esta situación tampoco es exclusiva de nuestra disciplina profesional, ya que depende de la población activa en general la tasa de paro sigue una tendencia semejante, con excepción de los menores de veinticinco años, en el que el porcentaje de paro es mayor en los psicólogos (37,5 por 100) que en la población activa en general (32,8 por 100). Quiere decir esto que el paro juvenil» es más elevado entre los licenciados en Psicología que en el resto de población.
A la hora de interpretar el gráfico 14 hay que tener en cuenta que los datos que ofrece la Encuesta de Población Activa están agrupados de diferente forma; mientras que los intervalos en la EPA están considerados de treinta a treinta y cuatro años, por ejemplo, en nuestro cuestionario están agrupados de treinta y uno a treinta y cinco años, igualmente, lo que en la primera se define come «entre veinte y veinticuatro años» lo hemos puesto en nuestra categoría «menores de veinticinco años» y lo que para la EPA es «entre cincuenta y cinco y cincuenta y nueve años» nosotros lo hemos puesto como «mayores de cincuenta y cinco». A pesar de que los intervalos de edad no sean idénticos y cometiendo un indiscutible error metodológico, puede establecerse una comparación aproximada.
Las mismas conclusiones podemos extraer si realizamos el análisis de los datos del desempleo en función de años de licenciatura de los colegiados (gráfico 15). La mayores cifras de parados por promociones se dan entre, los titulados en Psicología después de 1988 que suponer un 34,4 por 100 de los licenciados durante este tiempo A partir de ahí la cifra va disminuyendo con la antigüe dad en la fecha de conclusión de los estudios, hasta llegar al 3,9 por 100 de desempleo registrado entre los licenciados antes de 1980.
A pesar de que a la luz de la comparación efectuada entre los datos relativos al desempleo entre el comienzo de la década de los ochenta y la década de los noventa pueda decirse que ha habido una evolución muy positiva en la Psicología profesional, no hay que excederse en el optimismo. Mientras que en 1981 los titulados en Psicología que se dedicaban a una ocupación ajena a la profesión representaban el 14 por 100 del total de colegiados, la cifra ha ascendido en 1990 al 24,2 por 100 (gráfico 16). Por una parte, esto puede interpretarse como que los psicólogos, ante la dificultad cada vez más grande trabajar ejerciendo la profesión, se deciden ahora en mayor porcentaje por buscar un empleo desvinculado de su titulación. También puede verse, por otra parte, como una muestra del ascenso y progreso social de nuestra profesión, si entendemos que buena parte de estos colegiados que en su trabajo no desempeñan actividades relacionadas con la Psicología porque, tras su experiencia como profesional, han accedido a puestos en los que se dedican principalmente a labores ejecutivas y organizativas con responsabilidades directivas.
Igual que en las cifras de desempleo, también en este caso tiene un papel fundamental la edad de los titulados y la fecha de Licenciatura. La tendencia observada es que cuanto más jóvenes son los psicólogos, en mayor porcentaje se dedican a trabajar en otras ocupaciones distintas de la Psicología (gráfico 17). Mientras que entre los que tienen edades comprendidas entre los veintiséis y los treinta años, el porcentaje de los que se dedican a cosas distintas de la Psicología en su trabajo es el 28,1 por 100, entre los mayores de cincuenta y cinco años éstos sólo representan el 9,9 por 100.
Igualmente, los psicólogos titulados en promociones más recientes tienen dificultad para encontrar un trabajo relacionado con la disciplina, pero también la tienen para encontrar cualquier otro tipo de trabajo, de ahí que en las cuatro últimas promociones aumente más el paro que los que se dedican a otras ocupaciones.
En definitiva, estos datos vienen a confirmar la misma tesis anterior; para los licenciados en las promociones más recientes, y por lo tanto para los psicólogos más jóvenes, van aumentando la dificultad para encontrar un empleo en el que se trabaje como psicólogo. Por ello, cada vez es mayor la cantidad de colegiados que se deciden por buscar trabajo en actividades que poco o nada tienen que ver con el ejercicio de la Psicología.
Por lo que respecta a los profesionales que en su trabajo habitual sí desempeñan actividades propias de la Psicología, también podemos decir que el porcentaje ha aumentado, aunque mínimamente, desde el año 1981 (gráfico 19). Entonces la cantidad de colegiados que se dedicaban a la Psicología como ocupación principal era el 48 por 100 y los que tenían la Psicología como actividad complementaria ascendían el 16 por 100, lo que supone en total un 64 por 100 de psicólogos que se dedican en mayor o menor medida al ejercicio de la Psicología como profesión. Teniendo en cuenta que la cifra actual es del 65,3 por 100, podríamos concluir que el nivel de empleo profesional de la Psicología se mantiene. Sin embargo, hay que considerar que de este porcentaje, sólo el 66,6 por 100 dice emplear el 100 por 100 de su tiempo de trabajo en la Psicología, lo que supone que el 43,4 por 100 de los titulados en Psicología se dedican exclusivamente a la Psicología como actividad profesional. El restante 30,2 por 100 de los psicólogos que ejercen en mayor o menor medida la profesión, lo que, representa el 19,8 por 100 de los colegiados, manifiesta no dedicarle la totalidad de su tiempo de trabajo, lo que equivale a decir que mantiene una actividad profesional complementaria desvinculada de la Psicología.
Recordemos que en la pregunta del módulo F del cuestionario ¿qué porcentaje aproximado de su tiempo de trabajo lo dedica a actividades como psicólogo?, los colegiados podían elegir entre cinco alternativas de respuesta; el 100 por, 100, entre el 75 y el 99 por 100, entre el 50 y el 75 por 100, entre el 25 y el 50 por 100, y menos del 25 por 100.
A la vista de estos datos se podría concluir que, en relación con las cifras de 1981, ha disminuido el porcentaje de profesionales que trabaja en Psicología como actividad principal -48 por 100 en 1981 frente al 43,4 por 100 de 1990-, pero en este punto hemos de considerar la diferente conceptualización realizada en cada investigación. Dentro de la categoría «Psicología como actividad principal» de Hernández (1981), podrían quedar incluidas tres de las categorías consideradas en nuestro cuestionario; 100 por 100 del tiempo de trabajo dedicado a actividades como psicólogo, del 75 al 99 por 100 del mismo y del 50 al 75 por 100 de este mismo tiempo, pues toda actividad que ocupa más del 50 por 100 del tiempo disponible debe considerarse como actividad principal ya que no es posible dedicarle más tiempo a otras ocupaciones. Visto de esta forma, los profesionales que se dedican a la Psicología como actividad principal en 1990 supondrían el 51,3 por 100 del total de colegiados frente al 48 por 100 de 1981 (gráfico 19).
En cualquier caso, y como puede apreciarse las diferencias de una investigación a otra son mínimas y muy poco significativas. Sin embargo, a la hora de valorar la situación de la profesión, grado de penetración social y expansión en el ámbito laboral sobre todo, hay que tener en cuenta que en el año 1981, el número de colegiados, sobre el que está basada la investigación de Hernández (1982), era de 4.500 que incluía también por aquel entonces los profesionales de Cataluña (1.420 colegiados), mientras que el número actual de colegiados es de 19.752, excluida Cataluña que como se sabe tiene actualmente Colegio independiente (5.050 colegiados). Por lo tanto, a la vista de estos datos, y considerando el crecimiento cuantitativo de los colegiados, puede decirse sin caer en el optimismo desmedido, que la implantación y desarrollo de la profesión de Psicología ha experimentado un notable progreso durante la última década.
Por otra parte, sí que son más notables las diferencias registradas en cuanto al sexo dentro de los profesionales que ejercen la Psicología. Se confirma de nuevo la tesis de la discriminación sexual en el trabajo en el ámbito de la Psicología. Mientras que el 74,7 por 100 de los psicólogos desempeñan en su trabajo actividades relacionadas con su especialidad, en el caso de las psicólogas el porcentaje solo llega al 60,3 por 100, aunque en términos absolutos es mayor la cantidad de mujeres que ejercen la profesión (59,9 por 100) que los hombres (38,9 por 100).
Como se observa en los gráficos anteriores, también respecto a la edad se producen diferencias interesantes; a mayor juventud en los profesionales, menos probabilidad de encontrar uno que trabaje en actividades relacionadas con la Psicología. Mientras que en los menores de veinticinco años sólo el 49,2 por 100 de los colegiados ejerce la profesión, la tasa llega al 90,1 por 100 entre los mayores de cincuenta y cinco años. En los intervalos intermedios puede observarse una tendencia creciente y positiva en los porcentajes. Lo mismo ocurre si se analiza la variable de año de licenciatura. A medida que aumenta la antigüedad en la fecha de licenciatura, mayor es el porcentaje de gente que se dedica a ejercer la Psicología en su trabajo, pasando de un 52,8 por 100 entre los licenciados entre 1988 y 1989 al 80,5 por 100 de los titulados antes de 1980. Estos resultados, como se ve, están en concordancia con los comentados anteriormente de desempleo y de los colegiados que se dedican a otras actividades desvinculadas de la Psicología; los psicólogos más jóvenes y los licenciados en promociones más recientes encuentran cada vez más problemas para poder ejercer la profesión.
4. Los psicólogos en paro
A la hora de considerar la descripción de la situación en que se encuentran los psicólogos colegiados que actualmente están desempleados, hay que tener en cuenta que los porcentajes reflejados en este caso hacen referencia á conjunto de colegiados en paro (10,5 por 100 de los encuestados) y no al total de la muestra de la investigación, como hasta ahora.
Del conjunto de psicólogos colegiados que dicen estar actualmente en situación de desempleo (10,5 por 100), una gran mayoría (el 70 por 100) ha tenido oportunidad de trabajar anteriormente alguna vez, mientras que solo un pequeño índice (26,6 por 100) no ha tenido ninguna experiencia laboral en su vida
Podemos observar diferencias destacables en este aspecto en lo referente a la edad de los psicólogos en situación de desempleo que han tenido oportunidad de trabajar alguna vez. Como se aprecia en el gráfico 20, la mayor parte de los parados menores de veinticinco años (66,3 por 100) no ha tenido ninguna experiencia laboral en su vida, mientras que de los mayores de cuarenta años que actualmente no trabajan, todos lo han hecho anteriormente. En el mencionado gráfico se observa que la correlación entre ambas variables es bastante clara.
Lo mismo podemos decir considerando el año de licenciatura de los encuestados (gráfico 2l), ya que nos encontramos con que de los titulados antes de 1980 que ahora están en paro, todos han trabajado alguna ve mientras que entre los psicólogos colegiados que han te minado la carrera en los dos últimos años (después de 1988) hay un 72,8 por 100 que nunca lo ha hecho.
Así pues, a la vista de estos y los datos anteriormente comentados, es evidente que la accesibilidad al mercado de trabajo de la Psicología profesional se ha reducido notablemente en los últimos años afectando principalmente a los colegiados más jóvenes y de titulación más reciente y, lo que es peor, no existen indicios que nos lleven a pesar que esta tendencia vaya a mortificarse.
Como hemos visto, existe un porcentaje mínimo de psicólogos colegiados que no ha tenido ninguna experiencia laboral o profesional, que por tanto no ha tenido aún acceso a su primer empleo, y que representan el 2,8 por 100 del total de los encuestados.
Por su parte, el colectivo de colegiados actualmente en paro, pero que sí ha trabajado alguna vez en su vida representa el 7,8 por 100 de los encuestados. Son casi todas mujeres (92,8 por 100), el 77,6 por 100 tienen una edad que oscila entre los veintiséis y treinta y cinco años y se distribuyen casi a partes iguales entre solteras y casado (42,1 por 100 frente al 54,1 por 100).
La mayor parte de este grupo de colegiadas desempleadas que han trabajado anteriormente en alguna ocasión dicen haberlo hecho alguna vez como psicólogo (71,1 por 100), mientras que una minoría (21,9 por 100) no ha tenido ninguna experiencia en el ejercicio de la profesión, aunque sí en otro tipo de actividades.
Tomando en cuenta estos datos, los anteriores sobre los parados que nunca han trabajado, y algunos que ve remos más adelante sobre los colegiados que actualmente trabajan en actividades desvinculadas de la Psicología podemos decir que el 15 por 100 de los colegiados encuestados no ha realizado nunca ningún trabajo como psicólogo. Visto de otra forma, parece que una importante proporción de los psicólogos colegiados no ha tenido experiencia laboral alguna, aunque sea mínima, relacionado con el mundo de la Psicología profesional, lo que supone, un dato bastante preocupante.
Si analizamos el tiempo que llevan en paro estos colegiados que actualmente no trabajan (gráfico 22), podemos observar que un tercio de los encuestados incluido en este apartado (33,6 por 100) lleva más de dos año en esta situación, casi otro tercio (30,7 por 100) hace menos de seis meses que no trabaja, y el resto (28,9 por 100) varía entre seis meses y dos años. Tampoco en este caso los datos sobre la profesión difieren mucho de la tendencia observada en la Encuesta de Población Activa, final de 1989, tal como se muestra en el gráfico 22.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que el 20,4 por 100 del conjunto de psicólogos colegiados en situación de desempleo, no están inscritos en las oficinas de INEM.
De los colegiados que sí están apuntados al paro (74,4 por 100) y tal como se refleja en gráfico 23, el 28 por 100 tiene en el INEM una antigüedad superior a los dos años, una quinta parte (el 21,8 por 100) lleva inscrito menos de seis meses, un idéntico porcentaje (20,8 por 100) oscila entre seis y veinticuatro meses, y el 29,4 por 100 no recuerda al menos no ha contestado a la cuestión el tiempo que lleva inscrito en las oficinas del INEM.
De los colegiados que si están apuntados al paro (74,4 por 100) y tal como se refleja en gráfico 23, el 28 por 100 tiene el INEM una antigüedad superior a los dos años, una quinta parte (el 21,8 por 100) lleva inscrito menos de seis meses, un idéntico porcentaje (20,8 por 100) oscila entre seis y veinticuatro meses, y el 29,4 por 100 no recuerda -al menos no ha contestado a la cuestión el tiempo que lleva inscrito en las oficinas del INEM-.
Asimismo, mientras que de los que llevan apuntados al paro menos de seis meses no hay nadie con más de treinta y cinco años, el 80 por 100 tiene menos de treinta años (gráfico 24), lo que nos lleva a pensar que no hay nadie mayor de treinta y cinco años que en los últimos seis meses haya perdido su trabajo y se haya apuntado al paro.
Un dato muy significativo es que poco más de una cuarta parte (el 27,5 por 100) de los colegiados actualmente en paro cobran seguro de desempleo, mientras que el 60,8 por 100 no recibe ningún subsidio, grupo en el que, lógicamente, se incluyen el 20,4 por 100 que no está apuntado en el INEM. De acuerdo con estos datos, los psicólogos colegiados que cobran del paro constituyen el 37,1 por 100 de los que están apuntados en las oficinas del INEM. Este porcentaje, en cualquier caso, es menor que el de los perceptores de prestaciones de la población parada en general del país que alcanza al 48 por 100 de los inscritos en el INEM según la Encuesta de Población Activa.
Como nota anecdótico podemos decir, de acuerdo con los resultados obtenidos, que el 18,4 por 100 de los que cobran subsidio de desempleo, perciben menos de 50.000 pesetas, el 30,7 por 100 reciben entre 50.000 y 75.000 pesetas y una cuarta parte (25 por 100) supera las 75.000, mientras que otro porcentaje similar (25,9 por 100) prefiere no decir cuáles son sus ingresos por este concepto.
5. Características sociolaborales de los colegiados que no trabajan en Psicología
A continuación vamos a analizar brevemente las condiciones laborales que afectan a los psicólogos pertenecientes al COP que actualmente no desarrollan ninguna actividad como psicólogos en su desempeño laboral. Este amplio colectivo supone casi una cuarta parte (el 24,2 por 100) de los colegiados encuestados y como ya se dijo, se ha visto incrementado sensiblemente desde 1981 (14 por 100).
Como se ve en el gráfico 26, la distribución por intervalos de edad dentro de este grupo de colegiados es, curiosamente, muy semejante a la registrada en la muestra total de encuestados. Se observa, igualmente, que el porcentaje de encuestados que se dedica a actividades ajenas a la Psicología va disminuyendo progresivamente a medida que aumenta la edad de los profesionales mientras que, contrariamente, a más edad, mayor proporción de colegiados que se dedican al ejercicio profesional de la Psicología.
Es destacable, sin embargo, el cambio de sentido que se manifiesta en las pequeñas diferencias observadas en cada intervalo de edad, de forma que en edades superiores a los cuarenta años (como indica la flecha del gráfico), la proporción de colegiados que trabajan en actividades ajenas a la Psicología es menor a la representación que esas mismas edades obtienen en la muestra total. Esas diferencias se dan en el sentido contrario en edades inferiores a los cuarenta años. Es muy probable que ello se deba a que los profesionales de mayor edad, en su momento, tuvieron más facilidad para acceder a una ocupación relacionada la Psicología y por tanto fueron menos los que se vieron obligados a trabajar al margen de ésta, circunstancia que cambia para los psicólogos colegiados menores de cuarenta años (con la excepción de los menores de veinticinco años).
Realizando el mismo análisis comparativo respecto al año de licenciatura de los colegiados que se encuentran en la situación descrita llegamos a unos resultados muy similares, lo que nos lleva a concluir que a los titulados de promociones más recientes, así como a los colegiados más jóvenes les resulta cada vez más difícil encontrar un empleo en el que trabajen como psicólogos, por lo que muchos de ellos se ven obligados a buscar una ocupación desvinculado del ejercicio de la profesión. No quiere decir esto que, obviamente, no exista un pequeño grupo que se dedique a actividades ajenas a la Psicología por voluntad propia o que abandonara el ejercicio por falta de interés en el trabajo de psicólogo.
También hay que señalar que buena parte de los colegiados que no ejercen la Psicología (53,8 por 100) ha trabajado anteriormente alguna vez como psicólogo. Sin embargo, por distintos motivos, algunos de los cuales se tratarán más adelante, abandonaron el ejercicio de la profesión.
En el gráfico 27, en el que se presentan el año de licenciatura de los colegiados que abandonaron la profesión, se observa que cuanto más antigua es esta fecha, mayor es el porcentaje de componentes de la promoción que tuvo la oportunidad de trabajar como psicólogo. Estos resultados, por tanto, reflejan con claridad la disminución de oportunidades que en los últimos años han experimentado los psicólogos colegiados para trabajar en el ámbito profesional de la Psicología. Mientras que hace ocho años la mayoría de los licenciados en Psicología tenían al menos la posibilidad de intentar el ejercicio profesional, actualmente son pocos los colegiados que trabajen en otras ocupaciones que hayan tenido la oportunidad de practicar la Psicología y muchos los que han entrado directamente en el mercado de trabajo sin intentar, o al menos sin conseguir, pasar primero por la Psicología.
5.1.El trabajo de los colegiados que no ejercen la Psicología
En el gráfico 28 aparecen los distintos tipos de trabajos considerados en el cuestionario a los que se dedican los colegiados que no trabajan en Psicología. Se observa que aparece en primer lugar la enseñanza o la docencia (25 por 100), considerando tanto los que trabajan en el sector público como los que lo hacen en centros privados, seguido de los funcionarios no docentes (21,8 por 100) y los que trabajan como administrativos en la empresa privada (20,3 por 100).
Por otra parte, en el gráfico 29 se comprueba que son más las mujeres (el 13,8 por 100) que trabajan a tiempo parcial que los hombres (5,9 por 100).
A la vista de los datos del gráfico 30, en el que se recogen los tipos de contrato que mantienen los colegiados en sus empleos desvinculados de la Psicología, se puede afirmar que este colectivo de psicólogos disfruta de una destacable estabilidad laboral, ya que casi dos tercios de éstos tienen un contrato de trabajo indefinido.
Por lo que respecta a los ingresos que los encuestados que desempeñan su actividad profesional al margen de la Psicología reciben por su trabajo, podemos decir que alcanzan un nivel aceptable alcanzando una media de 131.734 pesetas brutas mensuales, aproximándose mucho al nivel de ingresos medios de los colegiados que trabajan ejerciendo la Psicología (133.975 pesetas). Puede decirse, sin embargo, que la media de los ingresos de este colectivo de colegiados es superior a la de los psicólogos que trabajan en el área de intervención de Psicología Educativa (118.322 pesetas brutas mensuales) y de la Seguridad Vial (80.000 pesetas), que so. los dos ámbitos de intervención profesional de menores ingresos.
Igualmente, puede observarse que mientras que casi tres de cada cuatro de los encuestados en esta situación socio laboral (73 por 100) tiene unos ingresos brutos mensuales superiores a 100.000 pesetas, solo el 65,2 por 100 de los colegiados que se dedica. a la Psicología supera. dicha cantidad. Sin embargo, los que ganan más de 150.000 pesetas representan el 29,6 por 100 entre los que no ejercen la profesión, muy por debajo del 42,9 por 100 que se alcanza entre los psicólogos en ejercicio (gráfico 3l). Hay que señalar que existen notables diferencias salariales en este grupo de colegiados en función de los sexos, manifestándose de nuevo las desigualdades y la marginación que sufre la mujer en el mundo laboral tal y como se comprueba e. el gráfico 32.
Finalmente, merece la pena realizar la siguiente consideración respecto a este colectivo de colegiados que no ejerce la Psicología, y es que es muy probable que gran parte de ellos encontrara su actual trabajo, gracias a su condición de licenciado o posesión de un título superior. Este hecho es bastante claro en el caso de los que trabajan en la docencia (25 por 100) y a buen seguro que será también el caso de buena parte de los funcionarios no docentes. Esto quiere decir que, si bien no ejercen como psicólogos, un elevado porcentaje de licenciados ha conseguido su trabajo, aunque indirectamente, gracias a la Psicología, o mejor, a su titulación superior en Psicología.
6. El abandono profesional
En este apartado vamos a analizar la situación de aquellos colegiados que trabajaron en alguna ocasión en su experiencia profesional como psicólogos, pero que han dejado ya de hacerlo. Es decir, que en su ocupación actual no desempeñan ninguna actividad relacionada con la Psicología. Este colectivo, que representa el 18,5 por 100 del total de los colegiados, pueden diferir, sin embargo, en la situación laboral en laque se encuentran actualmente, ya que pueden estar en desempleo (el 29,7 por 100) o trabajando en actividades desvinculadas de la Psicología (70,3 por 100).
Nuestro interés se centra principalmente en comprobar los motivos del abandono de la profesión, el trabajo que realizaba, los ingresos que percibía por él, etc. En definitiva, se trata de averiguar, si las hubiera, las causas que llevan a abandonar la Psicología a los colegiados pertenecientes al COP.
En primer lugar, y siguiendo la norma observada en nuestra profesión de clara desigualdad de oportunidades en el ejercicio de la Psicología en función del sexo de los titulados, también las mujeres sufren mayores índices de abandono profesional que los hombres, ya que del total de encuestados que trabajaron alguna vez como psicólogos pero que posteriormente abandonaron ese trabajo, el 73,6 por 100 son psicólogas, mientras que sólo el 24,9 por 100 son psicólogos. Aunque es cierto que en el conjunto de los colegiados hay una mayoría de mujeres que de hombres (64,9 por 100 frente el 34 por 100), en este caso se observa que la desproporción se acentúa más todavía.
Por otra parte, puede observarse que una gran mayoría de los colegiados que han abandonado la profesión (73,5 por 100) tiene ahora entre veintiséis y treinta y cinco años, mientras que únicamente el 9,4 por 100 sobrepasa los cuarenta años de edad. Esta situación, sin duda, refleja el hecho de que los colegiados de mayor edad tuvieron un acceso a la profesión en mejores condiciones que los encuestados más jóvenes y por lo tanto, el número de licenciados que se vieron obligados a abandonar la profesión es menor. Como puede observarse en el gráfico 34, el porcentaje de psicólogos colegiados que han abandonado la profesión, aumenta a medida que disminuye la edad, excepción hecha, lógicamente, de los menores de veinticinco años.
Entre los motivos por los que los encuestados abandonaron la profesión, destaca, como se indica en el gráfico 35, sobre los demás el ofrecimiento de otro trabajo en mejores condiciones a las mantenidas en la ocupación de psicólogo (30,9 por 100), seguido del cierre o desaparición de la empresa o centro de trabajo (16,7 por 100) y la finalización del contrato de trabajo (15,5 por 100). En menor medida, la falta de interés por el tipo de trabajo (5,5 por 100) también es causa de abandono de la profesión. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la suma total de los porcentajes es superior al 100 por 100, lo que nos indica que más de uno ha contestado señalando dos o más alternativas. Es decir, que la decisión de abandonar la profesión tuvo más de un motivo.
De acuerdo con los datos del gráfico 36, también puede destacarse que de los que dejaron la Psicología por la oferta de otro trabajo en mejores condiciones, lógicamente, el 96,7 por 100 está trabajando en otras ocupaciones, mientras que solo el 3,3 por 100 está actualmente en paro. De forma contraria, de los que tuvieron que abandonar la profesión por la finalización del contrato, el 59,4 por 100 están en situación de desempleo, mientras que el 40,6 por 100 ha encontrado otro empleo y está actualmente trabajando en actividades desvinculadas de la psicología.
En relación con estas causas ya comentadas del abandono del ejercicio profesional de la Psicología, se puede comprobar que el 35,5 por 100 de los que tomaron esa decisión, ganaba de medía menos de 40.000 pesetas mensuales (gráfico 37). Parece lógico que, a poco que cualquier oferta de trabajo mejorara esas condiciones y con poco tiempo que un colegiado tuviera que mantenerse con esos niveles de ingresos, la mayoría de los encuestados con tan baja retribución en su trabajo como psicólogo se decidiera por abandonar la profesión. Como se observa, el 58 por 100 de los psicólogos colegiados que actualmente no ejercen la Psicología, pero sí lo hicieron alguna vez en el pasado, tenían unos ingresos mensuales por ese trabajo inferiores a 60.000 pesetas. Por contra, únicamente el 4,5 por 100 de los que abandonaron el ejercicio de la profesión ganaba más de 150.000 pesetas mensuales, porcentaje que muy probablemente, se corresponde con los que cambiaron de trabajo por falta de interés por la Psicología.
Finalmente, las áreas de intervención de la Psicología que mayor abandono profesional han sufrido siguen un orden parecido al de las áreas que mayor dedicación tienen en general, aunque varían ligeramente las proporciones. También en este caso la suma total es superior al 100 por 100, lo que quiere decir que algunos encuestados trabajaban en más de un área con el mismo tiempo de dedicación. Como puede observarse en el gráfico 38, la Psicología Educativa (41,3 por 100) y la Psicología Clínica (35 por 100) reúnen entre las dos la mayoría de los casos de abandono del ejercicio profesional de la Psicología. Además, puede comprobarse que los porcentajes del abandono en estos dos casos son superiores a los porcentajes que registran respecto al total de colegiados que actualmente ejercen la Psicología 41,3 por 100 sobre el 38,5 por 100 de la dedicación profesional actual en el caso de la Educativa y 35 por 100 sobre el 29,9 por 100 en el caso de la Clínica. Lo mismo ocurre con la Psicología en la Seguridad Vial (7,1 por 100 sobre el 4,8 por 100) y en la Psicología de los Servicios Sociales (9,1 por 100 sobre el 9,2 por 100). Esto quiere decir que la Seguridad Vial, la Psicología Clínica, la Educativa, y los Servicios Sociales, por este orden, son las áreas de intervención de la Psicología que sufren un mayor abandono profesional en relación con el índice de dedicación que existe entre los colegiados que ejercen la profesión. La Psicología del Trabajo y de las Organizaciones junto con la Investigación y Docencia son, por el contrarío, las que tienen unos porcentajes de abandono más pequeños.
7.Identidad profesional de los psicólogos en ejercicio
A continuación vamos a intentar ofrecer una descripción aproximada de las características sociolaborales y las condiciones de trabajo de los colegiados que ejercen la profesión en base a los datos obtenidos. Este es, por tanto, uno de los apartados centrales de la investigación.
Dentro de este amplio y mayoritario colectivo de colegiados que ejercen la profesión de una u otra forma, se incluyen tanto los profesionales que le dedican todo su tiempo de trabajo a la Psicología como los que únicamente emplean parte de éste en actividades relacionadas con la propia disciplina. Esta distinción se introdujo en el cuestionario pensando en que existen profesionales que tienen la Psicología como actividad complementaria, dedicando parte de su tiempo de trabajo a otras cuestiones. Las alternativas de respuesta a este aspecto eran; 1) dedicación a la Psicología del 100 por 100 de su tiempo total de trabajo, 2) entre el 75 y el 99 por 100, 3) entre el 50 y el 74 por 100, 4) entre el 25 y el 49 por 100, y 5) dedicación de menos del 25 por 100 de su tiempo de trabajo. Los resultados, recogidos en el gráfico 39, nos muestran como más de la mitad de los colegiados en ejercicio (66,6 por 100) se dedica a la Psicología con exclusividad, mientras que el resto compaginan la Psicología con alguna actividad complementaria.
Con el propósito de comparar los datos de nuestra investigación con los aportados por Hernández (1981), en el gráfico 40 se presentan los datos del total de colegiados encuestados que tienen la Psicología como actividad principal y los que se dedican a la Psicología en mayor o menor medida. No podemos contrastar los colegiados que trabajan en actividades relacionadas con la Psicología en exclusividad y que actualmente representan el 43,4 por 100 de los psicólogos colegiados, ya que este dato no se recoge en la mencionada investigación. Como se ve los resultados de un año y otro son muy semejantes por lo que no puede decirse que la situación haya cambiado mucho en los últimos diez años.
A continuación se trata la situación de los colegiados que trabajan en el ejercicio de la Psicología en mayor o menor medida, cualquiera que sea el porcentaje de si dedicación.
Como se ha comprobado en los resultados presentados hasta ahora, la desigualdad de oportunidades laborales y profesionales de las mujeres frente a los hombres es un rasgo característico de nuestra profesión, aunque también se ha insistido que ésta no es una particularidad de la Psicología, sino que es reflejo de la marginación social que la mujer sufre en otros muchos ámbitos.
En este punto baste decir que del total de colegiados, el 74,7 por 100 desempeña en su trabajo actividades propias de la profesión, mientras que las colegiadas solo llegan al 60,3 por 100.
Como vimos también con anterioridad, la juventud de los profesionales de la Psicología es otro de los rasgos que caracteriza a nuestro colectivo. Esta juventud va acompañada, en buena lógica, de inexperiencia profesional, entendida ésta como pocos años de ejercicio de b profesión.
Mientras que el 64,3 por 100 de los encuestados que trabajan en Psicología tienen menos de treinta y cinco años, llegando hasta el 78,5 por 100 los que no sobrepasan los cuarenta años, únicamente el 4,6 por 100 superan los cincuenta años de edad (gráfico 3). Esto nos da una idea aproximada de la poca cantidad de profesionales «veteranos», o con más de veinticinco años de experiencia laboral que existen dentro de nuestra disciplina.
Paralelamente, como se comprueba en el gráfico 41, tan sólo uno de cada cinco colegiados (21,7 por 100) que ejerce actualmente la profesión trabajó por primera vez como psicólogo hace más de diez años, y casi la mitad de ellos (46,9 por 100) hace menos de cinco años que se «estrenó» como psicólogo profesional. Conclusiones similares sobre juventud profesional de la Psicología podrían extraerse de los datos presentados en el gráfico 42, pues en él se observa que el 43,5 por 100 de los encuestados en ejercicio tiene una experiencia profesional como psicólogo menor de cinco años y tan sólo el 53,6 por 100 ha trabajado en la profesión por encima de esos mismos años.
Una lectura ciertamente más preocupante de estos datos acerca de la juventud de la profesión y que conviene destacar es que únicamente el 15 por 100 de los colegiados que trabajan como psicólogos lleva ejerciendo menos de dos a os. Si a esto añadimos que sólo una pequeña proporción (en torno al 17 por 100) de los que se han incorporado al mundo profesional de la Psicología en estos dos últimos años pertenecen a las dos últimas promociones (gráfico 43), podemos hacernos una idea de la gran cantidad de licenciados de estas últimas promociones que no han conseguido trabajar en Psicología y que por tanto, o bien se encuentran en paro, o bien están trabajando en otras ocupaciones desvinculadas de la profesión. En este mismo gráfico, puede apreciarse como entre los colegiados que se han incorporado al ejercicio de la profesión hace menos de dos años, se dan los mismos porcentajes de encuestados pertenecientes a las dos últimas promociones que de las promociones de 1982-83. Estos datos no son, sino una muestra del incremento de las dificultades que los licenciados en Psicología de promociones más recientes encuentran para incorporarse en el mundo profesional.
En este mismo sentido, en el gráfico 44 puede observarse como el 90,1 por 100 de los colegiados con más de cincuenta y cinco años trabajan actualmente desempeñando actividades propias del psicólogo, mientras que esta proporción se va reduciendo gradualmente en cada intervalo de edad considerado hasta llegar al 49,2 por 100 que se registra en los menores de veinticinco años. Todo parece indicar que con el paso del tiempo irá incrementándose la cantidad de licenciados en Psicología que, imposibilitados de ejercer su profesión, deberán otras buscar salidas profesionales.
En definitiva, se comprueba que las oportunidades de trabajar ejerciendo la profesión se van reduciendo con el tiempo para los colegiados más jóvenes, con el agravante de que cada año son más numerosas las promociones de licenciados en Psicología y por tanto las posibilidades se van limitando todavía más.
Igualmente, se puede añadir que cada año va disminuyendo el porcentaje de colegiados de la promoción correspondiente que se incorpora al mundo profesional de la Psicología. En la tabla 3 puede observarse que, mientras que de los que trabajaron por primera vez en Psicología entre 1980 y 1981 el, 49,3 por 100 pertenecía a las promociones universitarias de esos mismos años, los porcentajes en este concepto van decreciendo en los intervalos de tiempo posteriores considerados hasta llegar a un 19,1 por 100 de los que se incorporaron al ejercicio de la Psicología entre 1988 y 1990 que son licenciados en esas mismas fechas. Cabe suponer que los porcentajes de licenciados de cada promoción que no entran a trabajar como psicólogos seguirán la tendencia contraria y que cada año serán más los titulados en paro o trabajando en actividades distintas a la Psicología.
Es evidente que la oferta de titulados en Psicología es mucho mayor que la demanda de puestos de trabajos existente en el mercado laboral, lo que provoca que cada año los recién licenciados tengan mayores dificultades para optar a unos puestos que, en su mayor parte, son ocupados por titulados de promociones anteriores que han estado ampliando su formación, se han especializado en algún campo de intervención, o cuanto menos, tienen mayor experiencia la búsqueda de empleo.
7.1.El trabajo de los colegiados que ejercen la Psicología
En este apartado se presenta una caracterización aproximada del trabajo que realizan los colegiados que ejercen la Psicología, sobre todo en lo que respecta a las condiciones y tiempo de trabajo, tipo de contratación, etc. Como ya se adelantó, se tratará el colectivo de colegiados en ejercicio en general, sin considerar el porcentaje de su tiempo de trabajo que dedique a la profesión ni el área de intervención en la que se ocupa, aunque en bastantes ocasiones se verá que se han introducido algunos comentarios a este respecto.
7.1.1.Tipo de contratación
El primer aspecto que merece la pena destacar es que una mayoría (62,5 por 100) de los colegiados que se dedican a ejercer la profesión están contratados en calidad de psicólogos, lo que, sin duda, es un aspecto muy positivo, pues ello implica un reconocimiento a su labor como especialista. Sin embargo, es significativo que el 16,5 por 100 de los encuestados desconozca sí en su contrato se le reconoce su titulación como psicólogo.
Como se comprueba en el gráfico 46, parece bastante clara la relación directa entre el reconocimiento contractual de la condición de psicólogo y el nivel de ingresos mensuales brutos.
Por otra parte y de acuerdo con los datos recogidos en el gráfico 47, es en el ámbito de la Seguridad Vial y de los Servicios Sociales en los que mayor proporción de psicólogos ven que su trabajo como psicólogo se recoge en sus contratos laborales (el 88,6 por 100 y 84,3 por 100 de los colegiados que trabajan en cada una de estas áreas, respectivamente). Posiblemente estos resultados se expliquen por una parte, porque el trabajo que desempeñan los psicólogos en los centros de reconocimiento de conductores está estipulado por una normativa oficial que debe ser rechazado por titulados en Psicología, y por otra, porque los colegiados que trabajan en los Servicios Sociales son en su mayoría contratados por la Administración Pública -municipios, consejerías autonómicas o ministerios- y en estos casos las instituciones suelen establecer los criterios y titulación que deben reunir los candidatos para ocupar los distintos puestos ofertados. De forma contraria, son las áreas de la Psicología Educativa (55,6 por 100 de los casos) y de la Psicología Clínica (58,3 por 100), en las que existe un menor reconocimiento de la condición de psicólogo en los contratos de los profesionales.
Por lo que respecta al tipo de contrato que los coleados que trabajan en Psicología mantienen en sus respectivos empleos (gráfico 48), lo más llamativo es que uno de cada tres (33 por 100) ejerce como profesional libre, que el 27,2 por 100 trabaja para la empresa privada y que considerando las distintas modalidades de contratación, el 39,2 por 100 del total de encuestados trabajan para la Administración Pública, 24,1 por 100 fijo y el 15,1 por 100 con contratos temporales. Entre las modalidades menos habituales de contratación, dentro de las consideradas en el cuestionario, están el trabajo sin remuneración (1 por 100), el contrato en prácticas (2,7 por 100), el contrato de prestación de servicios (3,4 por 100),.y los que trabajan sin ningún tipo de contrato escrito (6,6 por 100). A continuación vamos a analizar brevemente las características de los profesionales que trabajan en i uno de estos modelos de contratos.
7.1.1.1.Los contratados de la Administración Pública
Dentro de los colegiados que trabajan para la Administración Pública, hemos distinguido cuatro tipos distintos de contratación; por una parte están los que puede considerarse como funcionarios fijos que son los funcionarios de carrera (13,6 por 100 del total de los psicólogos en ejercicio), y los contratados fijos de la Administración (10,5 por 100), y por otra se encuentran lo que podría entenderse como contratos temporales y que son los funcionarios interinos (4,2 por 100) y los contratados eventuales de la Administración (10,9 por 100). Considerados todos los funcionarios como un colectivo, pueden observarse algunas diferencias porcentuales en cuanto a la distribución por sexos de los colegiados (gráfico 49); mientras que de los hombres, el 42,8 por 100 trabaja para la Administración, entre las mujeres el índice se reduce al 35,8 por 100.
Por lo que respecta a las edades, recogidas en la tabla 4, los funcionarios de carrera son los más mayores, pues el 71,8 por 100 sobrepasa los treinta y cinco años de edad, porcentaje que se reduce al 37,7 por 100 en el caso de los contratados fijos, al 25,5 por 100 entre los funcionario interinos y que tan sólo llega al 19,1 por 100 en el caso de los contratados eventuales. Similar tendencia se observa respecto al año de licenciatura de los colegiados que trabajan para la Administración (tabla 5); los titulados con anterioridad a 1980 son mayoría entre los funcionarios de carrera y entre los contratados fijos (54,8 por 100 en ambos casos), mientras que estos licenciados de mayor antigüedad únicamente representan el 19,4 por 100 entre los funcionarios interinos y el 19 por 100 entre los contratados eventuales. Puede concluirse, por tanto, que los funcionarios de carrera y los contratados fijos de la Administración son en general bastante más mayores y de promociones más antiguas que los funcionarios interinos y los contratados eventuales.
Por lo que respecta al nivel de ingresos de los psicólogos empleados en la Administración y de acuerdo con los datos de la tabla 6, puede observarse que hay un mínimo a partir del cual se sitúan todos funcionarios, ya que prácticamente no existe ningún caso que cobre menos de 100.000 pesetas brutas mensuales. A partir de este límite, se establecen las diferencias, comprobándose que son los funcionarios de carrera y los interinos los que alcanzan ingresos más elevados, pues el 34,9 por 100 de los primeros y el 43,7 por 100 de los segundos superan las 200.000 pesetas al mes, mientras que esta cantidad únicamente la superan el 17 por 100 de los contratados fijos de la Administración y el 5,2 por 100 de los contratados eventuales.
En cuanto a las áreas de intervención a las que se dedican los colegiados que trabajan para las instituciones públicas (tabla 7), hay que destacar que más de la mitad de los funcionarios de carrera (55,2 por 100) trabajan en Psicología Educativa, de la misma forma que la mayoría de los funcionarios interinos (53,8 por 100) se dedica a la Clínica. Entre los contratados fijos abundan, sin embargo, los que se ocupan en los Servicios Sociales (30,5 por 100) y en la Educativa (35,8 por 100), mientras que los eventuales de la Administración se distribuyen homogéneamente entre los cuatro grandes ámbitos de intervención de la Psicología. También merece la pena destacar la ausencia casi total de colegiados contratados por la Administración que trabaje en el terreno de la Psicología Vial.
7.1.1.2.Los contratados por la empresa privado
Lo primero que hay que señalar al tratar las características de los colegiados contratados por la empresa privada, y tal como se puede comprobar en el gráfico 49, es la significativa diferencia que se observa entre los porcentajes de hombres y de mujeres que están contratados indefinidamente y es, sin duda, una muestra más de la desigualdad de oportunidades profesionales que existen para ambos sexos. Mientras que a este tipo de contrato solo tienen acceso el 9,6 por 100 de las psicólogas colegiadas que trabajan en Psicología, entre los hombres, el porcentaje alcanza el 20,4 por 100. En el caso de los eventuales de la empresa privada los porcentajes se igualan, pues los que están en esta situación oscilan entre el 8,1 por 100 de los hombres y el 7 por 100 de las mujeres.
Por otra parte, en base a los resultados expuestos en las tablas 4 y 5 puede afirmarse que los contratados eventualmente en la empresa privada tienden a ser más jóvenes y de promociones universitarias más recientes que los que tienen contrato indefinido en las empresas privadas.
También en el capítulo de ingresos se observan amplias diferencias entre las dos modalidades de contratos de la empresa privada (tabla 6). Mientras que de los indefinidos, el 41,1 por 100 supera las 200.000 pesetas brutas mensuales y solo el 20,1 por 100 ingresa menos de 100.000 al mes, entre los eventuales, únicamente el 12,1 por 100 gana más de 200.000 mensuales, mientras que el 41,3 por 100 no supera las 100.000 pesetas.
Por lo que se refiere a las áreas de intervención (tabla 7), el 41,9 por 100 de los contratados indefinidos en la empresa privada se dedica al ámbito de la Psicología Educativa y el 39,2 por 100 a la Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, mientras que entre los contratados fijos también son mayoría los psicólogos que trabajan en Educativa (43 por 100). De forma contraria, únicamente el 5,9 por 100 de los fijos y el 7,8 por 100 de los eventuales trabajan en los Servicios Sociales, mientras que son mínimos los casos de contratados por la empresa privada que se dedique a la Docencia y/o la Investigación.
7.1.1.3.Los profesionales que trabajan por cuenta propia
Respecto a los psicólogos colegiados que se dedican al ejercicio profesional libre, que representan un tercio del total de los encuestados que trabajan en Psicología, habría que señalar que muchos de ellos compatibilizan este ,trabajo de psicólogo con otra actividad laboral en la que tienen alguno de los contratos considerados. De ahí que la suma de las distintas modalidades contractuales de trabajo totalicen más del 100 por 100. Estos casos de compaginar el ejercicio libre con otro trabajo se da principalmente entre los contratados eventuales, tanto en la Administración como en la empresa privada.
Como puede observarse en el gráfico 49, las proporciones de hombres y mujeres que trabajan como profesionales libres son prácticamente las mismas (32,3 por 100 y 33,8 por 100, respectivamente). También la distribución por edades es bastante homogénea (tabla 5), ya que el 34,8 por 100 de este colectivo de profesionales supera los treinta y cinco años de edad, el 36,1 por 100 se encuentra entre los treinta y uno y treinta y cinco años, y el 26,9 por 100 tiene menos de treinta años. Lo mismo puede decirse respecto de la antigüedad en el año de licenciatura (tabla 5); mientras que el 31,9 por 100 está licenciado antes de 1980, el 29,3 por 100 pertenece a las últimas seis promociones.
Igualmente, los ingresos brutos mensuales de los profesionales que se dedican al ejercicio Ubre (tabla 6), se distribuyen de manera muy equitativa entre cada uno de los intervalos de dinero considerados, registrándose el porcentaje mínimo entre los que ganan entre 80.000 y 100.000 pesetas al mes y un máximo de 17,7 por 100 entre los que ingresan entre 100.000 y 150.000 pesetas mensuales. Estas distribuciones tan homogéneas que se observan pueden deberse a que en este colectivo de psicólogos colegiados que trabajan como profesionales libres, se encuentran tanto jóvenes licenciados que comienzan a realizar sus primeros trabajos como psicólogos como colegiados «veteranos» que llevan varios años ejerciendo como profesionales.
Finalmente y de acuerdo son los datos de la tabla 7, puede añadirse que casi la mitad (48,7 por 100) de estos encuestados que ejercen la profesión libre se dedican a la Psicología Clínica, el 35 por 100 lo hace en la Psicología Educativa y el 12,6 por 100 ejerce en el área del Trabajo y de las Organizaciones. Es destacable también, aunque no es demasiado sorprendente, el bajo índice registrado de profesionales libres entre los colegiados que trabajan en los Servicios Sociales.
7.1.1.4. Los contratados en prestación de servicios y los colegiados en prácticas
Por lo que respecta a los psicólogos colegiados que ejercen la profesión contratados en prácticas o en prestación de servicios, tampoco parece que existan diferencias demasiado relevantes en cuanto a la variable sexo. Sin embargo, sí que se aprecian datos destacables en cuanto a la edad de los psicólogos que trabajan en estas condiciones (tabla 4), ya que entre los primeros no hay nadie mayor de cuarenta años y tres de cada cuatro (74,2 por 100) tiene menos de treinta años, mientras que en el caso de los que trabajan en prestación de servicios, sólo el 5,1 por 100 sobrepasa los cuarenta años y el 38,6 por 100 está por debajo de los treinta años de edad. Los trabajos que están sujetos a estos tipos de contratos, eventuales e inestables, lógicamente, están ocupados en su mayor parte por colegiados jóvenes que convenzan a dar sus primeros pasos en el mundo profesional de la Psicología.
Lo mismo podría decirse en lo referente al año de licenciatura de los colegiados que ocupan estos puestos (tabla 5).
De acuerdo con la tesis de que los colegiados que trabajan con estos tipos de contratos están comenzando su carrera profesional, también se puede observar que los psicólogos que trabajan en estas condiciones contractuales no son precisamente los que mayores ingresos reciben por su trabajo (tabla 6). Finalmente, por lo que respecta a las áreas de intervención, casi la mitad de los psicólogos en prácticas (46,5 por 100) se dedica a la Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, en tanto que también la mitad de los que su contrato es en prestación de servicios (49 por 100) trabaja en Psicología Educativa.
7.1.1.5.Los colegiados que trabajan en Psicología sin ningún tipo de contrato escrito
Uno de los datos más positivos que se recoge en este apartado del tipo de contratación que tienen los encuestados que ejercen la profesión es que la cifra de los psicólogos colegiados que están trabajando sin ningún tipo de contrato escrito (6,6 por 100) es bastante menor de la que en un principio hubiera podido sospecharse. Sin embargo, puede observarse que en esta situación se encuentran mayores proporciones de mujeres (el 8,7 por 100) que de hombres (2,9 por 100) y de licenciados jóvenes y de promociones universitarias más recientes. Además, este grupo de colegiados resulta ser el que menos dinero cobra mensualmente por éste trabajo ya que el 68,1 por 100 gana menos de 100.000 pesetas y solo el 6,8 por 100 sobrepasa las 200.000 pesetas al mes.
Menos positivo resulta el análisis que se puede establecer de los colegiados que trabajan sin ningún tipo de contrato en función de las áreas de intervención a las que se dedican (tabla 7), sobre todo por lo que respecta al ámbito de la Psicología Educativa, ya que el 45,7 por 100 de los encuestados que se dedican actualmente a la Psicología sin ninguna relación contractual en su trabajo, se ocupan en esta parcela de la intervención profesional, lo que representa el 7,8 por 100 de los colegiados que trabajan en Educativa.
La situación más preocupante en cuanto a la inestabilidad laboral -reflejada por la ausencia de contrato en la relación profesional- se produce en el ámbito de intervención de la Seguridad Vial, ya que el 35,6 por 100 de los colegiados que se dedican a este área no tiene contrato de trabajo y representan el 25,7 por 100 del total de este grupo. Es posible, sin embargo, que esto refleje una situación de subempleo, ya que una gran parte de los psicólogos que se dedican a este trabajo no lo hacen con dedicación exclusiva, pues coincide con el mayor porcentaje de colegiados por área de intervención que menos horas de trabajo a la semana dedican (el 57,8 por 100 trabaja menos de treinta horas), ocupándose el resto de tiempo de trabajo a otro tipo de actividades.
Los psicólogos colegiados que trabajan sin recibir remuneración únicamente representan el 1 por 100, por lo que no merece la pena detenerse en analizar la situación de este grupo tan poco representativo.
7.1.2.El tiempo de trabajo
El tiempo que los colegiados que trabajan en actividades relacionadas con la Psicología dedican al ejercicio de la profesión se recoge en el cuestionario en dos cuestiones concretas, las horas y los días de trabajo a la semana. A continuación analizamos las principales relaciones halladas entre estas dos cuestiones y otras variables.
Respecto a las horas de trabajo a la semana, hay que comenzar por señalar que la gran mayoría de los colegiados en ejercicio (42,8 por 100) trabaja una media semanal que oscila entre las treinta y las cuarenta horas, mientras que sólo el 21 por 100 dedica más de cuarenta horas semanales al trabajo (gráfico 50). Llama también la atención que las entre las mujeres, el 37,8 por 100 trabaje menos de treinta horas semanales mientras que en el caso de los hombres, los que no llegan a las treinta horas de trabajo representan el 24,6 por 100. Igualmente, entre los colegiados, el 29,6 por 100 trabaja más de cuarenta horas a la semana, mientras que entre las psicólogas colegiadas solo llegan al 15,9 por 100 las que están en este caso. Puede concluirse, por tanto, que los hombres trabajan más horas a la semana que las mujeres.
Se puede observar que existe una tendencia según la cual en los colegiados de promociones más recientes existe un mayor porcentaje que trabaja menos horas a la semana. Los datos de la tabla 8 reflejan la evidente mayor estabilidad laboral de los titulados de mayor antigüedad y la que se supone una deficiente integración profesional 'de los licenciados en fechas más recientes.
Lo mismo podría decirse respecto a la edad de los colegiados, ya que, de acuerdo con los resultados de la tabla 9, los más jóvenes son los que menos tiempo trabajan a la semana, lo que nos lleva a pensar que son éstos los que sufren con mayor intensidad las consecuencias de trabajo a tiempo parcial.
En buena lógica, también el nivel de ingresos brutos mensuales está claramente determinada por las horas de trabajo que los psicólogos colegiados dedican semanalmente a trabajar; a menos horas trabajadas, menor cantidad de ingresos. Sirva como ilustración los datos del gráfico 51.
Por lo que respecta a la relación de las horas de trabajo semanales de los Psicólogos con el tipo de contrato que mantienen con sus respectivas empresas (tabla 10), puede observarse que el 49,1 por 100 de los colegiados que ejercen como profesionales Ubres trabajan menos de treinta horas a la semana, mientras que ese porcentaje se reduce al 4,4 por 100 de los contratados eventuales en la Administración. Los resultados de la tabla 10 reflejan la mayor rigidez y concreción en cuanto a horas de trabajo que recogen los contratos que los profesionales firman con la Administración Pública.
Un hecho destacable lo constituye el que sean los colegiados que trabajan en Psicología del Trabajo y de las Organizaciones los que mayor cantidad de horas trabajen a la semana (tabla 11). Mientras que el 49,1 por 100 de los psicólogos de este campo de intervención trabaja más de cuarenta horas semanales; sólo el 10,4 por 100 de los profesionales de la Psicología Educativa, o el 13,9 de los psicólogos clínicos colegiados, por ejemplo, trabajan esa cantidad de horas. Igualmente, el 38,5 por 100 de los encuestados que actualmente se dedican al ejercicio profesional y trabajan más de 40 horas a la semana se dedican a la Psicología del Trabajo, siendo que los colegiado que se dedican actualmente a este área de intervención únicamente suponen el 16,3 por 100 del total.
El caso contrario, el área de intervención en la que lo profesionales de la Psicología dedican una menor cantidad de horas de trabajo a la semana es la Psicología Educativa, pues el 43,5 por 100 de los encuestados que trabajan en el ámbito educativo dedican menos de treinta horas semanales. Ello nos indica que seguramente será esta parcela de la Psicología profesional en la que se registren mayores niveles de subempleo y condiciones di trabajo más precarias, sobre todo si recordamos que e: también dentro de la Psicología Educativa en la que mayor porcentaje de colegiados están trabajando sin ningún tipo de contrato escrito -el 7,6 por 100 de los profesionales de la especialidad, que representan el 45,7 por 10 (de los colegiados que trabajan sin contrato.
Es destacaba también el caso de la Psicología Clínica pues el 37,6 por 100 de los profesionales colegiados que se dedican a este área trabajan también menos de treinta horas a la semana, aunque en este caso resulte más arriesgado establecer conclusiones sobre los niveles de subempleo o las condiciones laborales ya que la mayor parte de los profesionales de este ámbito de la Psicología (el 53,7 por 100) trabaja como profesional libre -el 48,7 por 100 de los que ejercen libremente la profesión-, por lo que es posible que buena parte de ellos no trabajen más tiempo por propia decisión.
7.1.2.2. Días de trabajo a la semana
Por lo que se refiere a los días de trabajo a la semana, puede decirse que las relaciones que se establecen con las variables analizadas son mucho menos fuertes que en el caso de las horas de trabajo a la semana, ya que, entre otras razones, tres de cada cuatro encuestados (75,1 por 100) trabaja cinco días a la semana y únicamente el 7,3 por 100 dedica más de cinco días semanales a trabajar. Aunque las diferencias entre hombres y mujeres en los días de trabajo semanal son mínimas, la dirección de éstas indican, igual que ocurre con las horas de trabajo, que los psicólogos en ejercicio trabajan más días a la semana que las psicólogas.
En base a los datos recogidos en el gráfico 53 se puede decir que los colegiados de promociones más recientes trabajan un menor número de días a la semana que los colegiados titulados de mayor antigüedad, ya que el 27,9 por 100 de los licenciados en 1988 y 1989 trabajan menos de cinco días a la semana, mientras que sólo el 10,3 por 100 de los licenciados con anterioridad a 1980 trabajan menos de esos cinco días semanales.
Igualmente, de acuerdo con los datos de la tabla 12 podemos decir que los colegiados que trabajan para las instituciones públicas trabajan proporcionalmente más días a la semana que el resto de psicólogos en ejercicio ya que prácticamente no hay ningún caso de psicólogos en esta situación laboral que trabaje menos de cinco días a la semana. Sin embargo, son los profesionales Ubres los que en mayor porcentaje trabajan un menor número de días, ya que el 23,2 por 100 de éstos únicamente lo hace menos de cinco días semanales, aparte claro está, de los que no tienen ningún tipo de contrato y los que trabajan sin remuneración (31,2 por 100 y 54,2 por 100, respectivamente).
En los datos del gráfico 54 se observa cierta tendencia, por otra parte lógica, a que entre los encuestados que trabajan mayor número de días a la semana abunden los que manifiestan tener unos ingresos mensuales brutos más elevados, aunque esto no quiere decir, sin embargo, que entre los que más cobren abunden los que trabajan más de cinco días a la semana, pues el 82,9 por 100 de los que ganan más de 250.000 pesetas y el 84,1 por 100 de los que ingresan entre 200.000 y 250.000 pesetas trabaja cinco días a la semana.
Por lo que respecta al área de intervención (gráfico 55), únicamente se puede destacar que los psicólogos clínicos son los que en mayor proporción trabajan menos de cinco días a la semana (17,2 por 100) -coincidiendo con los que menos horas trabajan a la semana y los que en mayor porcentaje se dedican el ejercicio libre de la profesión- seguidos de los colegiados que se dedican a la Docencia y/o a la Investigación como actividad principal.
7.1.3.Los ingresos
Vamos a analizar a continuación las variables que determinan el nivel de ingresos mensuales brutos de los colegiados que se dedican a la práctica de la Psicología.
Lo primero que merece la pena destacar, de acuerdo con los datos del gráfico 31, es que el 42,9 por 100 de los colegiados en ejercicio tienen unos ingresos superiores a las 150.000 pesetas brutas mensuales y que el 65,2 por 100 cobra más de 100.000 en el mismo concepto. Las cantidades, sin ser excesivas, reflejan que más de la mitad de los encuestados tiene una cantidad de ingresos mensuales que pueden considerarse aceptables. Resulta curioso, sin embargo, que de los colegiados que no trabajan en Psicología y tienen otra ocupación distinta, un 73 por 100 cobra por encima de las 100.000 pesetas al mes, mientras que los que ganan más de 150.000 pesetas se reduce al 29,6 por 100. Es decir, que entre los colegiados que no ejercen la profesión hay un mayor porcentaje de niveles medios de ingresos, mientras que entre los que practican la profesión se registran unos índices más altos de ingresos elevados.
Igualmente, mientras que los que no sobrepasan las 60.000 mensuales dentro de este colectivo no llegan al 4,8 por 100, la proporción entre los profesionales que trabajan en Psicología con ese nivel de ingresos alcanza el 14,5 por 100. La conclusión de estos resultados puede ser que, puestos a ganar poco dinero, los psicólogos colegiados prefieren hacerlo dedicándose a trabajar en algo que tenga que ver con la Psicología que en otras ocupaciones ajenas a la disciplina. La media mensual de ingresos de los colegiados que se dedican a la práctica profesional de la Psicología es de 133.975 pesetas.
Tampoco puede pasarse por alto en esta ocasión las significativas diferencias que se manifiestan en los niveles de ingresos entre los psicólogos en función de los sexos (gráfico 56). Mientras que de los psicólogos colegiados el 57 por 100 gana más de 150.000 pesetas brutas mensuales, entre las psicólogas colegiadas únicamente el 34,1 por 100 alcanza ese nivel de ingresos, de la misma forma que de los hombres, solo el 13,4 por 100 gana menos de 80.000 pesetas y mientras que de las mujeres es el 26,3 por 100 las que se encuentran en esos niveles salariales.
Se observa también que los colegiados casados tienen un nivel medio de ingresos superior al de los solteros, aunque en este caso es evidente que resulta más oportuno considerar el estado civil como una consecuencia de los ingresos más que una causa determinante de éstos, Mientras que entre los casados, el 49,5 por 100 gana más de 150,000 pesetas al mes, el porcentaje se reduce al 32,8 por 100 en el caso de los solteros.
Por lo que respecta al año de licenciatura, y en base a los resultados de la tabla 13, se puede afirmar sin lugar a dudas que los colegiados titulados de mayor antigüedad ganan por término medio una cantidad de dinero sensiblemente superior a los licenciados de promociones más recientes. Mientras que de los pertenecientes a las promociones de 1988-1989, únicamente el 10,3 por 100 ganan más de 150.000 pesetas brutas mensuales, casi dos de cada tres (61,4 por 100) de los licenciados con anterioridad a 1980 supera esa misma cantidad. Igualmente, mientras que sólo el 9,2 por 100 de estos últimos ingresa menos de 80.000 pesetas mensuales, en el caso de los pertenecientes a las dos últimas promociones de psicólogos, el porcentaje se eleva hasta el 57,8 por 100.
Lo mismo se puede decir con respecto a la edad de los colegiados en relación con su nivel de ingresos, ya que cuanto más mayor es el encuestado, mayores ingresos suele tener mensualmente (tabla 14). Puede decirse, por tanto, que la edad y sobre todo la experiencia profesional de los colegiados tienen un reflejo claro en el nivel de ingresos que los psicólogos mantienen en sus respectivos trabajos.
Un análisis de los datos sobre los niveles de ingresos en relación al tipo de contrato que los psicólogos mantienen en sus trabajos nos hace ver enseguida que son los empleados de la Administración Pública y los contratados por la empresa privada los que evidencian una media de ingresos más alta (tabla 15). Por una parte, los funcionarios interinos son los que registran un porcentaje más alto en los ingresos superiores de 150.000 pesetas brutas mensuales (76,5 por 100), seguido por los funcionarios de carrera, de los que el 71,3 por 100 superan esa cantidad, el personal fijo laboral de la Administración (63,5 por 100 por encima de la misma cantidad), y los que tienen un contrato indefinido en la empresa privada (el 61 por 100 superan las 150.000 mensuales). Sin embargo, llama la atención que uno de cada cuatro de estos últimos (26,6 por 100) mantiene unos ingresos superiores a las 250.000 pesetas mensuales -primer colectivo en este concepto-, seguido de los funcionarios de carrera con el 16,5 por 100.
Igualmente, conviene señalar que mientras que apenas existen los contratados en instituciones públicas que ganen menos de 100.000 pesetas al mes, los colegiados que ejercen como profesionales libres, se encuentran distribuidos muy homogéneamente en cuanto a los niveles ingresos. Es decir, existen profesionales que ganan a mucho dinero -el 19 por 100 superan las 200.000 pesetas mensuales-, de la misma forma que los hay que tienen niveles muy bajos de ingresos -el 26,1 por 100 gana menos de 60.000 mensuales-. Esta situación se explica sin duda por la gran cantidad de jóvenes psicólogos que comienzan el ejercicio profesional libre con muy poca experiencia al poco de licenciarse, así como por la distinta dedicación sobre su tiempo de trabajo que este colectivo de colegiados dedican a la Psicología. En este apartado por tanto, estarán incluidos tanto encuestados que ejercen como profesionales una pequeña proporción de su tiempo de trabajo que probablemente dediquen en mayor porcentaje a otras ocupaciones, como jóvenes colegiados que intentan buscar sus primeros clientes.
Dentro de este último grupo de los profesionales libres hay que destacar que el 58,1 por 100 cobran una medía que oscila entre 2.000 y 4.000 pesetas por hora, mientras que el 26,5 por 100 cobra más de 4.000 pesetas/hora. Hay que reseñar que incluso aquí se registran diferencias entre los sexos, puesto que de los hombres el 16,8 por 100 superan la 4.000 pesetas de media por hora de trabajo en ejercicio libre y entre las mujeres, únicamente el 20,4 por 100 cobra más de esa cantidad por el mismo tiempo. Las relaciones que se establecen, sin embargo, entre la edad y la antigüedad en la licenciatura con los honorarios/hora en los profesionales son menos claras, aunque apreciables, que la que se registra en el caso de los ingresos brutos mensuales. La dirección de esta relación es la misma; los colegiados de edades mayores y los de promociones más antiguas tienden a cobrar más dinero por hora de trabajo, mientras que ocurre lo contrario en los licenciados más recientes y los psicólogos de edades más jóvenes. También en este caso los colegiados que trabajan en Psicología Organizacional y en la Docencia/Investigación cobran más caras las horas de trabajo, mientras que los dedicados a la Psicología Educativa son los que menos ganan, por término medio, por hora de trabajo.
Otro apartado interesante en relación al nivel de ingresos es el referente al área de intervención de los profesionales (tabla 16). Los colegiados dedicados trabajar en actividades relacionadas con la Psicología del Trabajo y de las Organizaciones han resultado ser los que han registrado unos ingresos superiores al resto, ya que el 62,8 por 100 de éstos cobran por encima de las 150.000 pesetas brutas mensuales, seguido de los psicólogos que trabajan en la Investigación o la Docencia, un 51,4 por 100 de los cuales gana más de esa misma cantidad y de los colegiados dedicados a los Servicios Sociales (50,5 por 100 por encima de esa cantidad). Por el contrario, sólo el 6 por 100 de los encuestados que trabajan en el área de la Seguridad Vial cobra más de 150.000 mensuales y el 43,7 por 100 está por debajo de las 80.000 pesetas mensuales, mientras que de los dedicados a la Psicología Educativa, únicamente el 30,8 por 100 está por encima de las 150.000 y el 27 por 100 no supera las 80.000 pesetas brutas mensuales, siendo estos dos ámbitos de intervención los que registran unos niveles de ingresos más bajos, en términos medios, dentro de los profesionales de la Psicología. Igualmente, es entre los que trabajan en el área de Psicología del Trabajo donde se da la proporción más baja de los que cobran menos de 80.000 pesetas mensuales, ya que solo 8,5 por 100 de éstos gana menos de dicha cantidad.
7.1.4.El equipo de trabajo
En este apartado se recogen los resultados obtenidos del cuestionario respecto a los profesionales con los que los psicólogos colegiados forman equipos de trabajo, en el caso, claro está, de que trabajen en equipo. Los profesionales con los que los encuestados más a menudo trabajan han resultado ser los propios psicólogos, ya que el 51 por 100 de los colegiados colaboran con colegas en su equipo de trabajo. Los asistentes sociales son los siguientes pues el 23 por 100 de los psicólogos trabajan con estos profesionales. Médicos (20,9 por 100), pedagogos 15,5 por 100), educadores (4,1 por 100), economistas 82,9 por 100), y sociólogos (2,7 por 100) completan la lista de los profesionales con que los colegiados trabajan habitualmente.
Por lo que se refiere a las relaciones de las variables analizadas con la composición del equipo de trabajo, se observa que el sexo, el estado civil, la antigüedad en 6 año de licenciatura y la edad no parecen ejercer demasiada influencia sobre los profesionales con los que colaboran los encuestados.
Donde sí se encuentran algunas diferencias un poco más significativas es en la composición del equipo de trabajo de los colegiados en relación con el nivel de ingresos de los profesionales. En líneas generales se puede decir que los colegiados que más dinero ganan trabajan con mayor frecuencia con profesionales de otras disciplinas.
Por otra parte, hay que señalar que los colegiados que se dedican a cada área de intervención de la Psicología colabora más frecuentemente con un tipo de profesionales determinado. Así, por ejemplo, los maestros colaboran en la mayoría de ocasiones con los psicólogos educativos (en el 71,2 por 100 de los casos en que trabajan con los psicólogos), lo mismo que les ocurre a los pedagogos (69,9 por 100) y a los psicólogos (39 por 100), aunque éstos también lo hacen en bastantes ocasiones con los psicólogos clínicos (28,6 por 100). Sin embargo, los profesionales de otras disciplinas que más colaboran con los clínicos son los ATS (78,7 por 100 de los casos en que éstos trabajan con psicólogos), los médicos (51 por 100) y, en menor medida, los asistentes sociales (39,8 por 100). Los economistas y los sociólogos, por su parte, la mayor parte de veces que colaboran con psicólogos en su trabajo lo hacen con los especialistas en el área del Trabajo y de las Organizaciones (81 por 100 y 52,1 por 100, respectivamente). En el caso de los psicólogos que trabajan en el área de los Servicios Sociales, cuando trabajan en equipo, lo hacen principalmente con educadores y asistentes sociales, ya que el 46,4 por 100 de los primeros y el 31,1 por 100 de los segundos que colaboran con psicólogos lo hacen en este área.
Así pues, puede concluirse diciendo que la mayoría de los colegiados que ejercen la Psicología en su ocupación habitual trabajan en equipo o al menos colaboran en determinados momentos con profesionales de distintas disciplinas, aunque queda comprobado que esta posibilidad es mayor en los psicólogos que ganan más dinero en su trabajo, sin duda por las motores condiciones laborales de que disfrutan en éste. Además, según el área de intervención de la Psicología de que se trate, las colaboraciones son más frecuentes con profesionales de una u otra disciplina.
7.1.5. Condiciones socioeconómicas
En este apartado se van a analizar los datos extraídos de las variables incluidas en el cuestionario que están relacionadas con la situación socioeconómica de los colegiados y que hacen referencia a la sindicación o no de los encuestados, la contratación de seguros médicos privados, la afiliación a la Seguridad Social, la declaración de la renta, los ingresos realizados en Hacienda en el último ejercicio y la posesión en propiedad de piso y coche.
7.1.5.1. Sindicación
La tasa de sindicación dentro de la profesión de Psicología, al menos entre los psicólogos colegiados es, como se observa, relativamente baja, pues sólo llega al 12,4 por 100 de los encuestados que están afiliados a cato. Sin embargo, si comparamos este porcentaje de sindicación registrado en 1990 con el que existía en 1981 (Hernández, 1982), fecha de fundación del Colegio Oficial de Psicólogos (6 por 100) podemos concluir inmediatamente que el incremento ha sido más que notable.
Es también muy significativa la sensible & se aprecia en el gráfico 57 entre los niveles de sindicación que se registran entre los psicólogos y psicólogas; entre los primeros se llega al 18,5 por 100, mientras que entre las mujeres únicamente están sindicadas el 8,5 por 100.
Los datos comparativos de la tasa de sindicación respecto a las edades y antigüedad en el año de licenciatura de los colegiados parecen indicar, aunque no de una forma muy clara, que a mayor juventud y titulación más reciente, menor porcentaje de afiliación a un sindicato, y al contrario, a más edad y antigüedad en la licenciatura, mayor tasa de afiliación. Esta situación puede estar provocada por el hecho de que son precisamente los más jóvenes los que se ocupan principalmente en trabajos eventuales, esporádicos e inestables, y por tanto es normal que no hayan tenido la ocasión de sindicarse.
Como se comprueba en el gráfico 59, las tasas más altas de sindicación se producen entre los funcionarios fijos de la Administración (26,4 por 100) y los funcionarios de carrera (27,3 por 100), es decir, aquéllos que tienen un puesto de trabajo más seguro y estable -al menos más seguro y estable que los demás-, mientras que los porcentajes más bajos se registran entre los contratados eventuales en empresas privadas (1,4 por 100) y los funcionarios interinos (2,5 por 100) -que también son contratos eventuales-.
Igualmente, las mayores tasas de afiliación se producen en el área de los Servicios Sociales (27,3 por 100) y de la Psicología jurídica (29,3 por 100) que como se recordará, eran las áreas en que mayor porcentaje de funcionarios fijos se registraban (43,7 por 100 y 50,3 por 100, respectivamente). La afiliación más baja se produce, sin embargo, en la Psicología del Trabajo y de las Organizaciones (8,1 por 100) que es el área que mayor proporción registra de profesionales que trabajan en la empresa privada (43,7 por 100), y en la Psicología Clínica (9,1 por 100), de los que más de la mitad (53,7 por 100) ejercen como profesionales libres.
7.1.5.2.Afiliación a la Seguridad Social
El índice de afiliación a la Seguridad Social entre los profesionales de la Psicología que están colegiados es del 66,8 por 100, más de 14 puntos por encima de la tasa de afiliación que se registraba hace tan sólo nueve años, ya que en la investigación de Hernández (1982) ésta fue de 52 por 100. Este es sin duda un dato más de la tremenda evolución que la Psicología profesional ha experimentado en el último decenio.
Como se puede observar en el gráfico 61, el porcentaje de hombres (77,5 por 100) afiliados a la Seguridad Social es sensiblemente superior al registrado entre las mujeres (60 por 100). Este hecho, que se acompaña de un mayor índice de contratación de seguros privados en las mujeres (33,1 por 100) que en los hombres (28,9 por 100), se explica por la mayor proporción de psicólogas que se dedican al ejercicio libre de la profesión en comparación con los hombres.
También en este caso entre los licenciados de promociones más recientes se aprecia una tendencia hacía una menor tasa de afiliación a la Seguridad Social que en los titulados de más antigüedad que, como es sabido, van acompañados de una mayor estabilidad laboral y mejores condiciones contractuales en su trabajo. Según los datos recogidos en el gráfico 62, mientras que la tasa de afiliación entre los licenciados con anterioridad a 1980 es del 70 por 100, sólo llega al 52 por 100 en los titulados entre 1986 y 1987 y al 31,8 por 100 entre los que se licenciaron en los últimos años (1988-1989).
De acuerdo con los contratos que los psicólogos mantienen en sus respectivos trabajos (gráfico 63), todos presentan unos índices de afiliación a la Seguridad Social muy similares (oscila entre el 68 por 100 de los funcionarios de carrera y el 98,3 por 100 de los contratados fijos de la Administración), a excepción de los profesionales libres (39,5 por 100), los encuestados que no tienen contrato escrito (41,7 por 100) y los que trabajan sin remuneración (45,9 por 100), todos ellos por razones bastante evidentes, sobre todo en los dos últimos casos.
Igualmente, de acuerdo con los datos del gráfico 64, podemos ver que también existen importantes diferencias en los porcentajes de afiliación en os encuestados en función de los niveles de ingresos.
Respecto a las áreas de intervención (gráfico 65), los índices más pequeños de afiliación a la Seguridad social, se registran en la Psicología Clínica (57 por 100) y la Psicología Educativa (68,1 por 100), que son los ámbitos de la disciplina que mayores proporciones de profesionales de ejercicio libre presentan. Las demás áreas de intervención tienen unas cifras muy semejantes, a excepción de la Seguridad Vial (44,5 por 100) que, como también vimos anteriormente, tiene unos niveles de subempleo bastantes importantes, reflejado en la gran cantidad de psicólogos que trabajan sin contrato y en los escasos ingresos que por término medio reciben los que se dedican a ello.
7.1.5.3.Seguro médico privado
Por lo que respecta a los psicólogos colegiados que tienen contratado un seguro médico privado, también en este caso podemos decir que las cifras han aumentado notablemente desde el año 1981, sí comparamos los resultados obtenidos en la investigación de Hernández (1982). Mientras que hace nueve años el porcentaje de colegiados con seguro médico privado era del 23 por 100, en 1990 la tasa se ha elevado hasta el 31,6 por 100, datos a partir de los cuales podemos extraer algunas conclusiones en relación con la mejora de las condiciones laborales, económicas y de bienestar en general que los profesionales de la Psicología han experimentado en los últimos diez años.
Como ya se apuntó en el epígrafe anterior, las mujeres registran una mayor tasa de contratación de seguros médicos privados (33,1 por 100) que los hombres (28,9 por 100), debido, posiblemente, a la mayor cantidad de colegiadas (33,8 por 100) que de colegiados (32,1 por 100)que ejercen como profesionales libres, lo que hace que las mujeres presenten un menor porcentaje de afiliación a la Seguridad Social. De ahí que, lógicamente, las colegiadas deban de buscarse una asistencia médica alternativa en mayor proporción que los hombres (gráfico 66). También en este caso ocurre que los colegiados menores de treinta años y los licenciados con posterioridad a 1986 son los que en menor proporción tienen contratados este tipo de seguro médico, sin duda debido a la menor estabilidad laboral, a los menores ingresos y, en general, a las deficientes condiciones de trabajo de las que este colectivo dispone en comparación con sus colegas de más experiencia y antigüedad de promoción.
La relación entre los distintos tipos de contrataciones que los colegiados mantienen en sus trabajos y los seguros médicos privados puede observarse en gráfico 67. En este caso son los que tienen contrato indefinido en empresas privadas (44 por 100) los que en mayor proporción tienen contratado este tipo de seguro, junto con los psicólogos que trabajan sin ningún tipo de contrato escrito (35,7 por 100) y los que ejercen como profesionales libres (40,4 por 100).
Aunque entre los colegiados de mayores ingresos se observa cierta tendencia a incrementarse el porcentaje de contratación de seguros médicos privados, hay que señalar que, de acuerdo con los datos obtenidos (gráfico 68) no parece existir una relación directa entre ambas variables.
En contra de lo que cabría esperar a juzgar por los altos niveles de dedicación al ejercicio profesional libre que se dan en ellas, no son los colegiados que trabajan en Psicología Clínica y Educativa los que más seguros médicos privados tienen contratados, sino que esto ocurre en el terreno de la Psicología jurídica (42,1 por 100) y en la Psicología del Trabajo y de las Organizaciones (41,3 por 100). Es preocupante la situación reflejada en esta variable por los colegiados que trabajan en el área de la Psicología Vial, ya que son los que registran un índice más pequeño tanto en la contratación de seguros médicos privados como en la afiliación a la Seguridad Social.
7.1.5.4.La declaración de renta
Los psicólogos colegiados que trabajan ejerciendo la Psicología y que realizaron declaración de renta en el último ejercicio asciende al 77,7 por 100 del total. Aunque no disponemos de datos sobre esta misma cuestión correspondientes al año 1981, puesto que no fue incluida en el cuestionario de entonces, tampoco hubiera sido una comparación demasiado válida, puesto que la presión fiscal ejercida sobre los profesionales y sobre los contribuyentes en general hace diez años no es la misma a la que existe actualmente, y por lo tanto no coinciden las mismas circunstancias.
A juzgar por los resultados obtenidos que aparecen en el gráfico 70, y dado que sólo el 69,9 por 100 de las psicólogas hizo declaración de renta en el último año frente al 90,1 por 100 de los psicólogos, podemos decir que, o bien que son muchas más las mujeres que los hombres que trabajan en Psicología las que ganan menos de 800.000 pesetas al año, por lo que no están obligadas a realizar declaración de renta, o bien que existe más subempleo y fraude a la Administración entre las mujeres que entre los hombres. En cualquier caso, lo cierto es que es mayor la proporción de hombres que realizan declaración de renta que de mujeres.
También puede decirse, de acuerdo con los datos extraídos, que los psicólogos colegiados más jóvenes y pertenecientes a promociones más recientes en el tiempo realizaron en menor número de ocasiones declaraciones de renta en el último ejercicio fiscal, en comparación con los licenciados de mayor antigüedad y de mayor experiencia profesional. Mientras que ningún colegiado menor de veinticinco años y solo el 64,2 por 100 de los que tienen entre veintiséis y treinta años la hizo, un máximo del 91,8 por 100 que se dan en los que oscilan entre cincuenta y uno y cincuenta y cinco años de edad, sí realizaron declaración. Igualmente, como se observa en el gráfico 71, de un 89,3 por 100 de encuestados licenciados antes de 1980 que realizaron declaración de renta el último año, se pasa al 28,2 por 100 de los titulados en las dos últimas promociones (1988-1989) que también la hicieron.
Obviamente, la relación registrada entre la realización de declaración de renta y la cantidad de ingresos brutos mensuales es casi perfecta. Los ingresos más elevados coinciden con la mayor tasa de presentación de declaraciones a Hacienda, llegando hasta el 100 por 100 entre los que cobran más de 250.000 pesetas al mes. Entre los que ganan menos de 80.000 al mes, sin embargo, apenas sobrepasan el 50 por 100 los que declaran sus ingresos a Hacienda.
De igual forma, entre los colegiados que mayores porcentajes de declaraciones a Hacienda presentan figuran los que trabajan para la Administración Pública que oscilan entre el 78,4 por 100 de los eventuales de la Administración y el 97,5 por 100 de los contratados fijos de la Administración (gráfico 72). Esto se debe, sin duda, tanto al mayor control, formalidad y rigidez de los contratos que establecen las instituciones públicas que, lógicamente, reduce la posibilidad de defraudar al fisco, como al mayor índice medio de ingresos mensuales que tienen los empleados de la Administración respecto al resto de trabajadores. Hay que destacar también que los encuestados que están contratados indefinidamente por la empresa privada, registran una tasa de declaraciones (89 por 100) similares a las de los trabajadores de la Administración.
Otra de las variables socioeconómicas recogidas en el cuestionario es la cantidad total de dinero que éstos ingresaron en Hacienda en el último ejercicio fiscal, considerando tanto las retenciones del rendimiento personal como el dinero abonado en la declaración de Hacienda. Sin embargo, diversos motivos hacen que esta variable sea de difícil análisis. Uno de ellos es que normalmente, cuando se trata de cuestiones económicas personales, al menos eso es lo que ha pasado en esta ocasión, aumentan las resistencias individuales a contestarlas. Por otro lado, las retenciones del rendimiento personal que los contratados tienen están sujetas a muy distintos factores que hacen que varíen de unos casos a otros. A pesar de ello, los resultados obtenidos pueden ayudarnos a hacernos una idea de la contribución que los profesionales de la Psicología realizan a las arcas públicas del Estado.
Como se puede observar en el gráfico 73, destaca la sensible diferencia que se aprecia entre las cantidades que pagan los psicólogos frente a las psicólogas.
Lógicamente, y siguiendo la tendencia observada en las cuestiones socioeconómicas anteriores, cuanto más jóvenes son los colegiados y más reciente es el año de su licenciatura, menos cantidades pagaron a Hacienda en el último ejercicio, mientras que, al contrario, a mayor edad y antigüedad en la titulación, más ingresos y por lo tanto pagos más elevados a la Hacienda Pública. Igualmente, y aunque decirlo es de perogrullo, ocurre que cuanto mayores son los ingresos brutos mensuales de los encuestados, mayores contribuciones realizaron a la Hacienda Pública en el último ejercicio, de la misma forma que cuanto menos ganan, menos pagan a Hacienda.
También se puede añadir que, coherentemente con los datos presentados en los epígrafes anteriores, los profesionales que se dedican a la Psicología del Trabajo y de las Organizaciones son los que más pagaron a Hacienda en el último ejercicio fiscal, puesto que eran los que más dinero ganan, y suponen el 56,3 por 100 de los que pagaron más de un millón de pesetas anuales, siendo que únicamente representan el 18,3 por 100 de los colegiados que realizaron declaración de renta. Los encuestados que trabajan en Psicología Clínica y Psicología Educativa, por su parte, son los que menor cantidad de dinero ingresan en Hacienda, puesto que entre los dos alcanzan el 78,1 por 100 de los que pagaron menos de 100.000 pesetas anuales.
De acuerdo también con estos datos, los psicólogos que trabajan con contratos indefinidos en empresas privadas suponen casi la mitad (49,3 por 100) de los que pagaron más de un millón de pesetas a Hacienda, siendo que no representan más que el 15,9 por 100 de los que realizan declaración de renta. Como se recordará, son los psicólogos que trabajan en el área de las organizaciones los que en mayor porcentaje trabajan en las empresas privadas con ese tipo de contrato. Por su parte, entre los contratados eventualmente en la empresa privada y los que ejercen la profesión libremente se encuentran los porcentajes más altos de los que pagan menores cantidades de dinero al fisco, pues el 46,5 por 100 y el 29,4 por 100, respectivamente, pagaron cantidades inferiores a las 100.000 pesetas en el último ejercicio.
7.1.5.5Las propiedades
En este apartado se presentan los resultados obtenidos de las cuestiones que hacen referencia a si los colegiados que trabajan ejerciendo como psicólogos tienen o no piso y coche en propiedad.
Los que tienen piso propio son más de la mitad -el 55,2 por 100 de los encuestados-, muy por debajo de los que disponen de su propio coche (73,3 por 100). En ambos casos de coche y piso, son mayores los porcentajes de propietarios que de propietarias, como puede observarse en gráfico 74.
Lógicamente las tasas de colegiados que poseen coche y piso son mayores entre los encuestados de edades superiores y los licenciados de mayor antigüedad, frente a los psicólogos más jóvenes y los titulados de promociones más recientes y entre los que tienen cantidades más elevadas de ingresos brutos mensuales. En consecuencia con los datos socioeconómicos expuestos hasta ahora es entre los profesionales de la Psicología del Trabajo y de las Organizaciones donde se encuentran mayores índices de pisos y coches en propiedad. Por el contrario, los menores porcentajes de poseedores de ambos tipos de propiedades se registran entre los colegiados que trabajan en el ámbito de la Seguridad Vial. Igualmente, los contratados de forma indefinida en la empresa privada, junto con los funcionarios de carrera, son los que muestran los porcentajes más elevados de propietarios de pisos.
7.2. Caracterización general de los colegiados que ejercen profesionalmente la Psicología
En este apartado vamos a presentar, a modo de resumen de lo dicho hasta aquí, una caracterización general de los colegiados que actualmente desempeñan en su trabajo alguna actividad relacionada con la Psicología.
Este colectivo de colegiados representa el 65,3 por 100 del total de los encuestados, aunque no todos éstos dedican el mismo porcentaje de su tiempo de trabajo a la Psicología. Tanto este índice del ejercicio de la profesión como el que nos indica los colegiados que tienen la Psicología como actividad laboral principal han resultado ligeramente más elevados que los recogidos en 1981 en esos mismos conceptos (Hernández 1982), de donde podemos concluir que el nivel de ocupación en nuestra propia disciplina ha mejorado, aunque mínimamente, entre los psicólogos colegiados.
Aunque el colectivo de psicólogos en ejercicio está compuesto mayoritariamente por mujeres, se comprueba que son los hombres los que tienen más oportunidades para ejercer la profesión que las psicólogas. Es necesario, pues insistir aquí una vez más en la discriminación laboral que en función de los sexos se produce en nuestra profesión y el desigual trato que reciben las mujeres frente a los hombres en el mundo del trabajo.
Es también un hecho bastante claro que la Psicología es una profesión muy joven, tanto por los acontecimientos y hechos históricos constitutivos de esta disciplina en nuestro país como por la edad media tan baja de los profesionales que la ejercen. Este hecho va acompañado de cierta inexperiencia profesional, en el sentido de que la gran mayoría de colegiados lleva muy pocos años de ejercicio de la profesión, ya que casi el 80 por 100 de los colegiados en ejercicio realizó su primer trabajo como psicólogo hace menos de diez años. Esta situación hace de la Psicología una disciplina con grandes perspectivas de futuro y con un extraordinario potencial de desarrollo, aunque no carente de otros problemas derivados de este mismo rasgo característico.
Sin embargo, una de las consecuencias que se desprende de esta juventud y falta de experiencia en el ejercicio de la profesión, junto con el enorme crecimiento de estudiantes que han experimentado las facultades de Psicología en los últimos años y la saturación en el mercado de trabajo de las ofertas laborales para los psicólogos, es que entre los colegiados más jóvenes y los licenciados de promociones más recientes han aumentado sensiblemente las dificultades para encontrar un trabajo relacionado con las actividades propias de la Psicología. Esta afirmación se demuestra al comprobar la existencia de una tendencia según la cual cada año es menor el porcentaje de colegiados de la promoción de ese mismo año que empieza a trabajar como psicólogo. El resultado es que cada año es mayor la proporción de licenciados que se tienen que dedicar a otras actividades desvinculadas de la Psicología o, en el peor de los casos, que pasan a engrosar las listas del desempleo. Lo más preocupante es que esta tendencia se va acentuando cada vez más y no muestra indicios de cambio.
Un dato importante y positivo acerca de la penetración y reconocimiento social de la labor profesional que está experimentando la Psicología en los últimos años viene dado por el alto porcentaje de colegiados de cada tres que en sus contratos de trabajo tienen reconocida su condición de psicólogo. Los Servicios Sociales y la Seguridad Vial son las dos áreas que registran un mayor porcentaje en cuanto a este reconocimiento profesional, mientras que la Psicología Educativa y la Clínica son las dos en que menos se manifiesta esta situación contractual. Igualmente, se observa que son precisamente los que obtienen ese reconocimiento en su contrato de trabajo los que tienden a recibir unos ingresos mensuales superiores a los que no tienen ese privilegio.
Otro aspecto positivo que se puede añadir en cuanto a la situación laboral de los colegiados que ejercen la actividad profesional es el pequeño porcentaje de ellos que están trabajando sin ningún tipo de contrato escrito. La mayoría de éstos son licenciados jóvenes y de promociones universitarias recientes, con mayor porcentaje de mujeres que de hombres, de los que la mitad trabajan en el ámbito de la Psicología Educativa y tienen unos ingresos mensuales relativamente pequeños (menos de 80.000 pesetas brutas mensuales). Sin embargo, es la Psicología Vial el ámbito de actuación profesional que está afectado de una manera más preocupante por estas condiciones laborales, pues uno de cada tres colegiados que trabajan en Seguridad Vial no tiene un contrato formal en su trabajo. Se observa también que una pequeña parte dentro de este colectivo tiene esta actividad profesional «Psicológica» sin regular contractualmente como actividad complementaria a su dedicación principal. Puede decirse a la vista de los datos, por tanto, que la gran mayoría de los profesionales de la Psicología en ejercicio tiene su situación laboral regulada a través de un contrato.
Sin embargo, y para contrarrestar el optimismo que pudiera desprenderse de estos resultados y comentarios, hay que tener en cuenta que uno de cada tres de los colegiados que se dedican a trabajar en Psicología lo hacen como profesionales de ejercicio libre, y que dentro de este colectivo hay situaciones laborales muy dispares. Todos los datos apuntan hacía el hecho de que entre los colegiados que ejercen la Psicología por cuenta propia, coexisten realidades sociolaborales diferentes y hasta opuestas entre sí. Por un extremo estarían los licenciados más jóvenes y de reciente titulación que comienzan a dar sus primeros pasos dentro de la profesión, que cobran unos honorarios muy bajos y que no tienen otra ocupación o fuente de ingresos, Por otro lado, se encontrarían los profesionales con bastantes años de experiencia en la disciplina, de mayor edad y antigüedad en la fecha de licenciatura, con un mayor prestigio, y por tanto con unos ingresos mensuales mucho más elevados. Entre estos dos polos, se situarían profesionales con tiempos de dedicación muy distintos, y muchos de ellos con una ocupación complementaría en otro tipo de actividad. Puede añadirse que la mayor parte de los colegiados en esta situación ejerce bien en el ámbito de la Psicología Clínica o bien en el terreno de la Educativa.
Otro grupo muy numeroso dentro de los colegiados que practican la Psicología en su actividad laboral, son los que trabajan para la Administración Pública -cerca del 40 por 100-, pudiéndose distinguir dentro de ellos cuatro modalidades principales de contratos; los funcionarios de carrera, los contratados eventuales de la Administración, los contratados fijos y los funcionarios interinos. Aunque los porcentajes de hombres que trabajan en instituciones públicas son, en general, mayores que los de mujeres, existen variaciones entre las modalidades comentadas. Los funcionarios de carrera son los más abundantes, los de mayor edad, los segundos en cantidad de ingresos después de los interinos y de ellos, más de la mitad se dedican a la Psicología Educativa. Los contratados eventuales son los segundos en cantidad, se dedican casi por igual a las cuatro áreas de intervención principales de la Psicología, son también los más jóvenes y los de promociones más recientes, así como los que menos dinero ganan. Los funcionarios interinos son el grupo más pequeño en número, son los de mayores ingresos y trabajan mayoritariamente en el ámbito de la Psicología Clínica.
Los profesionales que trabajan en la empresa privada -uno de cada cinco-, incluyendo los de contrato eventual y los que están indefinidamente, constituyen un colectivo bastante grande dentro de los colegiados que trabajan en actividades relacionadas con la Psicología. Lo primero que hay que destacar es la existencia de una enorme desigualdad en razón de los sexos entre los colegiados contratados indefinidamente por las empresas privadas, ya que los hombres son contratados en un porcentaje mucho más elevado que las mujeres, aunque este hecho no puede constatarse en el caso de los contratos eventuales. Se observa que tienden a ser más jóvenes y de licenciatura más reciente estos últimos que los contratados indefinidos. Pero donde las diferencias son más notables es en el apartado de los ingresos mensuales, pues son mucho mayores entre los indefinidos que en los eventuales. De hecho, es entre los psicólogos colegiados contratados indefinidamente por la empresa privada el colectivo donde se registran los porcentajes más elevados en el intervalo de ingresos más altos. En ambos casos, los colegiados que trabajan para la empresa privada lo hacen principalmente en el ámbito de la Psicología Educativa, aunque de los contratados indefinidamente, un porcentaje muy grande -cerca del 40 por 100- lo hacen en la Psicología del Trabajo y de las Organizaciones.
Los contratados en prestación de servicios y los psicólogos en prácticas son un pequeño grupo de colegiados que apenas superan el 6 por 100 del total de los encuestados. La mayoría son licenciados muy jóvenes y de reciente titulación y sus ingresos son medio-bajos propios de profesionales que están comenzando su carrera, Los colegiados en prácticas se dedican principalmente a la Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, mientras que los contratados en prestación de servicios lo hacen mayoritariamente en Psicología Educativa.
Por lo que respecta al tiempo de trabajo, puede decirse que una gran mayoría de los colegiados que se dedican a la Psicología trabaja menos de cuarenta horas a la semana y no más de cinco días, lo que hace que la profesión se encuentre dentro de la norma laboral general. Podría hablarse de una deficiente, o al menos diferente, integración laboral de las mujeres respecto a los hombres por cuanto que el porcentaje de mujeres que trabajan un menor número de horas a la semana es mayor que en el caso de los hombres. No se puede decir, sin embargo lo mismo respecto a los días de trabajo a la semana. En cualquier caso y en términos generales, los colegiados que se dedican a la Psicología trabajan más tiempo a la semana que las mujeres.
Se observa también una mayor inestabilidad laboral y una incompleta integración en el mercado de trabajo entre los colegiados más jóvenes y los licenciados de promociones más recientes respecto a los psicólogos más mayores y de mayor experiencia profesional, como lo demuestra el hecho de que los primeros trabajen mucho menos tiempo a la semana, tanto en horas como en días, Igualmente, parece bastante clara la relación directa que existe entre los ingresos mensuales de los profesionales de la Psicología con el tiempo de trabajo que le dedican a la semana, aunque ésta se observa mejor en relación con las horas que con los días de trabajo semanales. Lógicamente a mayor tiempo de trabajo mayores cantidades de dinero ingresan mensualmente los encuestados.
Entre los que trabajan menos tiempo a la semana, tanto en días como en horas, se encuentran, obviamente, los que trabajan sin ningún tipo de contrato y los que lo hacen sin remuneración por ello. Por el contrario, los que más días y horas dedican al trabajo por semana son, en general, los que trabajan para la Administración Pública en cualquiera de sus modalidades contractuales, posiblemente debido al mayor control y definición que las instituciones públicas establecen en las relaciones laborales con sus empleados, Por su parte, los colegiados que trabajan por cuenta propia, es decir, los que ejercen la profesión libremente son los que presentan una mayor dispersión en la distribución del tiempo de trabajo aunque, en general, no son de los que más tiempo semanal dedican a su trabajo como psicólogo. También destaca el hecho de que son los colegiados que se dedican a la Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, los que en mayor porcentaje trabajan más tiempo a la semana, tanto en días como en horas, mientras que los encuestados que se ocupan en el área de intervención de la Psicología Educativa figuran como los que menos trabajan, al menos en términos medios.
Por lo que respecta a los niveles de ingresos que los colegiados reciben por el trabajo que realizan en relación con la Psicología, puede decirse que dos tercios de los encuestados ganan más de 100.000 pesetas brutas mensuales, que el 43 por 100 está por encima de las 150.000 pesetas al mes, y que la media se sitúa en torno a las 134.000 pesetas mensuales. Teniendo en cuenta determinados rasgos comentados de la profesión como la juventud, la inexperiencia, el subempleo y la deficiente integración de diversos colectivos de colegiados, estas cifras pueden considerarse aceptables. Resulta muy significativo el mayor porcentaje de encuestados que encontramos ganando me. nos de 60.000 pesetas mensuales entre los que trabajan en Psicología que entre los que trabajan en otras ocupaciones distintas a la propia disciplina. Esto puede interpretarse como que los psicólogos, puestos a ganar poco dinero, prefieren trabajar en algo relacionado en la Psicología que en cualquier otra cosa.
Puede afirmarse que los psicólogos ganan más dinero que sus colegas las psicólogas, en justa correspondencia con el mayor tiempo dedicado al trabajo que ya vimos. Igualmente, los casados ganan más dinero por término medio que los solteros, aunque en este caso el estado civil puede interpretarse más como una consecuencia que como una causa.
De la misma forma que en el tiempo trabajado a la semana, los colegiados más jóvenes y los licenciados de promociones más recientes tienen unos ingresos sensiblemente inferiores a sus colegas de mayor edad y experiencia profesional, manifestándose una vez más las dificultades que existen para conseguir la plena integración laboral en el mundo de la Psicología profesional entre el colectivo de colegiados más jóvenes.
En cuanto a la situación contractual de los psicólogos en ejercicio en relación con las ganancias profesionales, se observa que son los empleados de la Administración Pública los que en general tienen una media de ingresos mensuales superior, ya que prácticamente no se da ningún caso que gane menos de 100.000 pesetas al mes. Sin embargo, llama la atención que los niveles de ganancias más altos los tienen los contratados indefinidamente en empresas privadas, pues uno de cada cuatro de éstos gana por encima de las 250.000 pesetas. En el caso de los profesionales libres, los ingresos muestran también una distribución muy dispersa, dándose porcentajes muy similares tanto de los que ingresan grandes cantidades de dinero, como de los que ganan pequeñas sumas mensuales, reflejando así la realidad que, sin duda, existe en este colectivo; reconocidos profesionales de alta cotización y experiencia por un lado, junto con jóvenes de reciente licenciatura que realiza sus primeros trabajos como psicólogo por otro. Este hecho se comprueba al observar que son los psicólogos más jóvenes y de licenciaturas más recientes los que suelen cobrar menos dinero por hora de trabajo en concepto de honorarios profesionales.
También los honorarios profesionales por hora de trabajo son mayores en el caso de los hombres que de las mujeres, mientras que en las áreas de la Psicología del Trabajo y de las Organizaciones y en la Docencia e Investigación son donde se cobran las tarifas profesionales más caras. Hay que señalar a este respecto que más de un 10 por 100 de los psicólogos colegiados que trabajan por cuenta propia están realizando competencia desleal al cobrar por hora de trabajo menos dinero del mínimo exigido por el Colegio Oficial de Psicólogos (2.420 pesetas/hora).
Finalmente, por lo que respecta a los ingresos, hay que añadir que los profesionales más cotizados, al menos los que más dinero ganan mensualmente, son los que trabajan en el ámbito de la Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, en la Docencia e Investigación y en los Servicios Sociales, por ese orden.
Por otra parte, existe un gran porcentaje de psicólogos que en su actividad laboral colabora con profesionales de otras especialidades. Sin embargo, de los colegiados que trabajan en equipo, la mayoría lo hace relacionándose con colegas, es decir, con otros psicólogos, aunque también se dan bastantes casos de profesionales que trabajan con asistentes sociales, médicos, pedagogos y en menor porcentaje, con maestros y ATS, educadores, economistas y sociólogos. Puede observarse una tendencia según la cual a mayores ingresos de dinero por su trabajo, los psicólogos trabajan en mayor proporción con otros profesionales. Esto puede deberse en parte a las mejores condiciones de trabajo que, por lo general, suelen envolver a los que ganan más dinero.
Los datos recogidos en cuanto a la tasa de afiliación a los sindicatos que se da entre los colegiados que ejercen la Psicología, nos llevan a afirmar que la sindicación dentro de la profesión es bastante baja. Sin embargo, el crecimiento en este aspecto desde el año 1981 ha sido notable, puesto que se ha pasado del 6 por 100 al 12,4 por 100 de colegiados sindicados. También puede decirse que se mecho mayor el porcentaje de hombres sindicados que le de mujeres y que parece existir un menor tendencia a la afiliación a setas organizaciones laborales entre los colegiados más jóvenes y los licenciados de promociones más recientes, tal vez debido a la mayor inestabilidad en sus puestos de trabajo.
Lo que sí parece claro es que las mayores tasas de sindicación se registran entre los contratados fijos que trabajan en la Administración Pública, que coinciden precisamente con los empleos que garantizan mayor continuidad y estabilidad. Por el contrario, entre los psicólogos contratados eventualmente en empresas privadas, los niveles de sindicación son prácticamente inexistentes. Igualmente, los mayores índices de afiliación se encuentran en las áreas de los Servicios Sociales y de la Psicología judicial, por otra parte áreas con amplia mayoría de contratados por la Administración, mientras que los más bajos se registran en la Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, con dominio de los contratos por empresas privadas.
Por lo que respecta a la situación económica de los colegiados que ejercen la profesión, viene reflejada por seis variables recogidas en el cuestionario y que responden a las cuestiones siguientes; si los encuestados están afiliados a la Seguridad Social, sí tienen contratado algún seguro médico privado, si realizaron declaración de la renta en el último ejercicio fiscal y en caso de hacerlo cuánto dinero ingresaron en Hacienda (junto con las retenciones de rendimiento personal), así como si es propietario de coche y piso. De acuerdo con los resultados obtenidos en ellas podemos extraer algunas conclusiones generales.
En primer lugar, puede decirse que tanto los índices de afiliación a la Seguridad Social como los de contrataciones de seguros médicos privados entre los psicólogos pertenecientes al Colegio Oficial de Psicólogos ha experimentado un notable crecimiento desde 1981, lo que puede considerarse como un claro síntoma de evolución positiva en cuanto a las condiciones laborales y de bienestar general que afectan a los profesionales de la Psicología.
Mientras que entre los hombres existe una mayor tasa de afiliación a la Seguridad Social respecto a las mujeres, en la contratación de seguros médicos privados ocurre lo contrario, siendo las mujeres las que en mayor porcentaje buscan asistencia médica alternativa a la publica, tal vez debido a la mayor dedicación que se da en ellas -respecto a los hombres- al ejercicio libre de la profesión. No en balde los índices más bajos de afiliación a la Seguridad Social se dan entre los profesionales libres, los colegiados que trabajan sin contrato y los que lo hacen sin remuneración que coincide precisamente con los que en mayor proporción tienen contratados seguros médicos privados.
Lógicamente, el colectivo de los licenciados de promociones más recientes en el tiempo que está formado por jóvenes con poca experiencia profesional, afectados por unas dificultades cada vez mayores para encontrar un puesto de trabajo relacionado con la Psicología y presionados por una competencia, al menos numéricamente, cada año más abrumante, presenta los porcentajes más reducidos en cada una de las variables económicas antes mencionadas. Así, puesto que son los que tienen unos trabajos más inestables y menores ingresos en concepto del trabajo realizado, son los que presentan las tasas más bajas de afiliación a la Seguridad Social, de contratación de seguros médicos privados, de cantidades pagadas a Hacienda y de propiedades inmobiliarias y de automóviles. Por contra, se observa una tendencia a que estos índices aumenten a medida que se incremento la edad de los encuestados, la antigüedad en el año de licenciatura, y por tanto, la experiencia profesional y la accesibilidad a trabajos en mejores condiciones.
También se observa una relación directa y positiva entre el nivel de ingresos brutos mensuales de los colegiados que ejercen la profesión con los índices económicos que se han considerado. Así, se comprueba que cuanto mayor es el nivel de ganancias de los profesionales, tiende a ser mayor el índice de afiliación a la Seguridad Social, sobre todo a partir de la barrera de las 100.000 pesetas mensuales de ingresos; suele darse mayores porcentajes de contratación de seguros médicos privados, se realizan mayor cantidad de declaraciones a Hacienda, con el consiguiente aumento en las cantidades pagadas al fisco; y desde luego se registran los mayores porcentajes de propietarios tanto de pisos como de coches.
Aunque a continuación se presenta un análisis comparativo entre los perfiles de los psicólogos que ejercen la profesión en el que se tratará más detenidamente lo que ahora se adelanta, no puede pasarse por alto al analizar ahora las variables económicas generales algunos datos claramente llamativos. Y es que a la vista de los resultados, y considerando que son los contratados indefinidamente en las empresas privadas, de las que un 39,2 por 100 trabaja en el área de intervención de la Psicología del Trabajo y de las Organizaciones y un 41,9 por 100 en el ámbito de la Psicología Educativa, los que presentan los índices más elevados en todas las variables económicas entre todas las situaciones contractuales consideradas, y que entre las áreas de intervención, la que presenta igualmente unos porcentajes más altos en dichas variables es la Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, que coincide con los bajos registros que en la mayoría de estos indicadores se observan en los profesionales de la Psicología Educativa, puede afirmarse que los colegiados que se dedican a la Psicología del Trabajo y de las Organizaciones disfrutan de una situación laboral y económica más elevada que el resto de colegas.
Por el contrario, es entre los psicólogos colegiados que trabajan en el área de la Seguridad Vial, de los que un alto porcentaje trabajan sin ningún tipo de contrato, donde se observan las peores condiciones económicas, al menos eso se deduce del análisis de los índices considerados en el cuestionario. A continuación se abordarán estas cuestiones con mayor profundidad.
7.3. Perfiles de los colegiados según el área de intervención de la Psicología a la que se dedican
En este apartado se presentan algunos resultados obtenidos del cuestionario, pero agrupados de tal forma que se dibujan unos perfiles descriptivos de los colegiados en ejercicio de acuerdo con el área de intervención en la que desarrollan su trabajo actual como psicólogo. En muchas ocasiones se establecen comparaciones entre unos perfiles y otros e, igualmente, al comentar determinadas variables se hacen referencias a los datos generales de la muestra de los colegiados en ejercicio.
Por otra parte, únicamente se han considerado aquellos ámbitos de intervención de la Psicología que han registrado un índice de respuesta superior al 4,5 por 100, desechando el resto por su escasa incidencia y representatividad. Por lo tanto, se analizarán únicamente las áreas de intervención de la Psicología Educativa, la Clínica, los Servicios Sociales, la Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, la Seguridad Vial y la Docencia/Investigación.
7.3.1.El psicólogo educativo
La Psicología Educativa constituye el área de intervención de la disciplina que mayor índice de dedicación registra entre los encuestados, ya que el 38,5 por 100 de los colegiados trabaja con prioridad en este ámbito profesional (gráfico 75).
Una de las primeras cuestiones que hay que destacar es que el total de mujeres que se dedican a la Educativa es sensiblemente superior a los hombres, ya que las primeras representan el 63,2 por 100 del total de psicólogos educativos en ejercicio, frente al 36,3 por 100 de los segundos, por lo que puede decirse que este área profesional de la disciplina es más «femenina» que el grupo de colegiados que se dedica a la Psicología en general (59,9 por 100 frente al 38,9 por 100). Estos resultados pueden verse con mayor claridad en el siguiente gráfico comparativo (gráfico 76). La categoría del total de la muestra en este gráfico se refiere a la muestra de colegiados que trabajan en Psicología.
Respecto a la edad, en la tabla 17 se puede observar que el 20,9 por 100 tienen más de cuarenta años de edad, el 21,3 por 100 no supera los treinta años, y un mayoría, el 55 por 100, oscila entre los treinta y uno y los cuarenta años, lo que nos indica que los profesionales de la Psicología Educativa son ligeramente más mayores que el conjunto de colegiados. Además, la edad media de los psicólogos que se dedican a Educativa (35,9 por 100) es un poco más alta que la media general (34,4 por 100). También ocurre, en correspondencia con estos datos, que los colegiados que se dedican a este área profesional, tienden a registrar una mayor antigüedad media en el ario de licenciatura que e¡ total de colegiados en ejercicio. En la tabla 18 puede comprobarse que únicamente el 9,7 por 100 de los encuestados que trabajan en Psicología Educativa pertenece a las últimas cuatro promociones, mientras que el 53,7 por 100 se licenció con anterioridad a 1981.
A esto hemos de añadir que, de acuerdo con los datos de la tabla 19, en términos medios, los colegiados pertenecientes a este grupo tienen mayor antigüedad en cuanto al año en que trabajaron por primera vez en Psicología que el total de la muestra de colegiados en ejercicio, ya que el 36,4 por 100 de los que ejercen en Educativa trabajó por primera vez como psicólogo hace más de nueve años y tan solo el 9,9 por 100 lo hizo en los dos últimos años. Igualmente, observando la tabla 20 se puede comprobar que el 58,8 por 100 de los colegiados que se dedican a la Psicología Educativa llevan trabajando como psicólogo más de cinco años y tan sólo el 2 por 100 ejerce la profesión desde hace menos de seis meses.
Es decir, que los profesionales de la Psicología Educativa tienden a ser más mayores y de mayor antigüedad en el año de licenciatura que el conjunto de colegiados que trabajan como psicólogos, suelen llevar ejerciendo la profesión más tiempo que los colegiados de otras áreas de intervención y también trabajaron por primera vez como psicólogos hace más tiempo que otros colectivos. Todo ello nos indica que empezar a trabajar actualmente en Educativa es más difícil que hacerlo en otros ámbitos de la Psicología. La explicación de este hecho posiblemente se encuentre en que, dado que la Educativa es un área bastante tradicional dentro de la disciplina, los puestos de trabajo en relación con ella existen también desde hace bastante tiempo y por eso, actualmente, la creación de trabajos nuevos de este tipo es bastante escasa en comparación con la oferta o los puestos que se generan en otras áreas de intervención en expansión o más nuevas.
Otra de las cuestiones que se pueden constatar analizando los datos obtenidos es que los encuestados que se dedican a la Psicología Educativa trabajan menos que los que se dedican a otras áreas de intervención, y menos también de lo que trabaja el conjunto de colegiados. Por una parte y según los datos recogidos en el gráfico 77, este colectivo es el que registra un menor porcentaje de gente que dedica todo su tiempo de trabajo a actividades relacionadas con la Psicología (60,3 por 100), lo que quiere decir que un 40 por 100 de los profesionales de la Psicología Educativa tiene una actividad laboral complementaria desvinculado de la Psicología.
Por otra parte, y de acuerdo con datos analizados en apartados anteriores, la proporción de colegiados que se dedican a la Educativa que trabajan menos de treinta horas a la semana es una de las más elevadas (43,5 por 100), sólo superada por la Seguridad Vial, de la que hablaremos más tarde. Igualmente, tan sólo el 10,4 por 100 de los psicólogos educativos trabajan más de cuarenta horas a la semana. A esto hay que añadir el elevado índice -en comparación con las otras áreas- que se observa entre los colegiados que trabajan menos de cinco días a la semana (16 por 100), de la misma forma que también registra el porcentaje más bajo de todas las áreas en los profesionales que trabajan más de cinco días a la semana (4 por 100). Está claro, pues, que a pesar de ser el área a la que mayor cantidad de gente se dedica como actividad psicológica principal -que no con exclusividad-, es también en la que menos tiempo se trabaja.
Otro dato muy significativo es que en el área de intervención de la Psicología Educativa es en la que se da -detrás de la Investigación/Docencia- el menor índice de reconocimiento profesional. Es decir, que únicamente el 55,6 por 100 de éstos tiene en su contrato de trabajo reconocida su categoría y condición de psicólogo, También es interesante comprobar que casi uno de cada tres (30 por 100) colegiados que se dedican a la Educativa trabaja como profesional libre, aunque en muchos de los casos compagine el ejercicio libre con otra actividad psicológica.
La primera organización que da trabajo a los psicólogos educativos es, igual que ocurre en el conjunto de colegiados, la Administración Pública, pues el 38,4 por 100 está contratado por ésta, ligeramente por debajo de la media general (39,2 por 100). En el aspecto que sí está por encima del total de la muestra es en el porcentaje de funcionarios de carrera (19,5 por 100), aunque no llega a superar el registro de éstos dentro de la Investigación/Docencia (27 por 100). Lo mismo ocurre con los contratados por las empresas privadas, tanto en lo que respecta a contratos indefinidos (15,1 por 100 sobre una media de 13,8 por 100) como a contratos eventuales (8,2 por 100 sobre una media de 7,3 por 100). También puede indicarse que prácticamente no existen los contratos en prácticas entre los colegiados que trabajan en Educativa, pero sin embargo, si son más abundantes (7,8 por 100 sobre una media de 6,6 por 100) los que trabajan sin ningún tipo de contrato escrito, cuestión que presenta no pocos motivos de preocupación.
En cuanto al trabajo en equipo, puede afirmarse que una mayoría de los psicólogos que se dedican a la Educativa colaboran con otros profesionales. Principalmente suelen trabajar con psicólogos (51,7 por 100 de los casos), pedagogos (28,1 por 100), maestros (20,9 por 100), asistentes sociales (15,2 por 100) y médicos (10,2 por 100).
Por lo que respecta a los resultados sobre el nivel de ingresos que mantienen los colegiados que se dedican a la Psicología Educativa y que ya se presentaron, puede comprobarse que son, junto a los que trabajan en Vial, los que menos dinero ganan de todos, con una media de ingresos brutos de 118.322 pesetas mensuales, muy por debajo de la medía general de la muestra de colegiados en ejercicio (133.975 pesetas). Unicamente el 30,8 por 100 de este grupo sobrepasan las 150.000 pesetas al mes, y el 27 por 100 no superan las 80.000 pesetas de ingresos mensuales. De la misma forma, también en el caso de los profesionales libres los psicólogos educativos están entre los que tienen unos honorarios más bajos por hora de trabajo (después de los que trabajan en Seguridad Vial), pues el 19,4 por 100 no cobra más de 2.000 pesetas por hora, y sólo el 13,8 por 100 supera las 4.000 pesetas. Puede decirse por tanto que, al margen de estar entre los psicólogos que menos dinero ganan, ésta es una de las áreas de intervención en que se producen unos índices de competencia desleal más elevados.
Conclusiones similares pueden alcanzarse al analizar los índices socioeconómicos incluidos en el cuestionario. Se observa que el índice de sindicación entre los colegiados dedicados a la Psicología Educativa es el mismo que el índice general (12,4 por 100), que el porcentaje de afiliación a la Seguridad Social está ligeramente por encima de la media (68,1 por 100 frente al 66,8 por 100), y que, en consecuencia, la tasa de contratación de seguros médicos privados desciende un poco en comparación con el registro del total de la muestra (30,2 por 100 frente al 31,6 por 100). También se realizan mayor número de declaraciones de renta en este colectivo que en el conjunto de colegiados que trabajan en Psicología (80,5 por 100 frente al 77,7 por 100), aunque la media de dinero que ingresan en Hacienda este grupo contribuyentes es menor al de la media general, ya que el 53,7 por 100 pagaron menos de 300.000 pesetas el último año -frente al 48 por 100 del total de profesionales que pagaron por debajo de esa cantidad- y tan solo el 4,2 por 100 superaron las 500.000 pesetas de contribución en el último ejercicio fiscal -frente al 9,3 por 100 del total de colegiados-. Sin embargo, los porcentajes de propietarios de coches (73,4 por 100) y pisos (56,1 por 100) son muy similares a los índices medios (73,3 por 100 y 55,2 por 100, respectivamente), incluso mínimamente superiores.
Por lo tanto, puede decirse que el colectivo de colegiados que trabaja en el área de Educativa como actividad psicológica principal es más «femenino» que el total de los colegiados en ejercicio, ya que tiene una proporción de mujeres mayor que este grupo, es de mayor edad y por tanto presenta también una mayor antigüedad en el año de licenciatura. En consecuencia, tienden a haber pocos profesionales con una corta experiencia profesional y a registrar bajas tasas de incorporaciones recientes de colegiados jóvenes al ejercicio de la Psicología Educativa.
En líneas generales, éste es de los colectivos que menos tiempo trabaja semanalmente y que en mayor número de ocasiones los profesionales complementan su trabajo en educativa con otras actividades. También obtienen en sus contratos laborales un bajo reconocimiento de su categoría y calidad de psicólogo. Como se ha visto, la Administración Pública es la organización que más empleos proporciona a la Psicología Educativa, aunque cerca de un tercio trabaja por cuenta propia. Sin embargo, es preocupante el elevado porcentaje de colegiados de este área de intervención que trabajan sin ningún tipo de contrato escrito. Finalmente, otro de los aspectos inquietantes dentro de este grupo es el bajo nivel socioeconómico medio que mantienen estos profesionales según se deduce de los datos analizados, particularmente el referente a los ingresos brutos mensuales.
7.3.2.El psicólogo clínico
La Psicología Clínica es el segundo área de especialización por lo que respecta a la cantidad de colegiados que se dedican a trabajar en ella como actividad psicológica principal, ya que el 29,9 por 100 de los encuestados que ejercen la profesión se dedican a la práctica clínica con prioridad. También en este caso, hay que indicar que el porcentaje de mujeres que se dedican a trabajar en Clínica es sensiblemente superior al de los hombres, siendo una de las áreas en las que se registra mayor desproporción (67,8 por 100 frente al 30,1 por 100), la segunda detrás de la Seguridad Vial.
Puede observarse en la tabla 17 que la Psicología Clínica es el área de intervención que muestra la edad media más elevada (35,1 años de edad). Igualmente, el 7,5 por 100 de los que se dedican a la Clínica tiene más de cincuenta años -el porcentaje más elevado en este concepto-, y el 21,8 por 100 tiene más de cuarenta años, mientras que sólo el 25,6 por 100 no supera los treinta años. Lo mismo puede decirse respecto al año de licenciatura de este colectivo (tabla 18), puesto que el 54.5 por 100 de los que ejercen la clínica pertenecen a promociones de más de nueve años de antigüedad, y sólo el 12,3 por 100 se ha licenciado en los últimos cuatro años.
Los datos sobre la antigüedad dentro de la profesión en este grupo de colegiados son bastante coherentes con estos resultados comentados. Por una parte, el 37,2 por 100 de los encuestados que están dentro de este ámbito de intervención trabajaron por primera vez como psicólogos hace más de nueve años y tan sólo el 9,44 por 100 lo ha hecho en los últimos 2 años (tabla 19). El mismo nivel de coherencia con estas cifras se encuentra en la experiencia profesional de estos colegiados que se dedican a la Clínica (tabla 20). Mientras que el 62,2 por 100 de éstos tienen una experiencia de más de cinco años, únicamente el 2,5 por 100 ha ejercido durante menos de un año, con lo que se demuestra las pocas incorporaciones de nuevos licenciados que ha habido dentro de este área de intervención recientemente, Estos resultados indican claramente la dificultad que existe para que los jóvenes colegiados sin experiencia consigan su primer trabajo dentro de la Psicología Clínica.
Por lo que respecta al tiempo empleado en el trabajo, entre los pertenecientes a este colectivo, hay algunos datos que son destacables. Por una parte presenta un índice bastante elevado (el segundo más alto después de la Docencia/Investigación) en cuanto a los colegiados que dedican a la Psicología el 100 por 100 de su tiempo de trabajo (72,5 por 100), de forma que solo el 26 por 100 tiene que complementar su actividad profesional con otras ocupaciones laborales, Sin embargo, este dato contrasta con el alto porcentaje registrado de los encuestados que trabajan, tanto menos de cuarenta horas a la semana (37,6 por 100), como por encima de ese mismo tiempo (13,9 por 100). Igualmente, es sorprendentemente alta la proporción de profesionales que trabajan menos de cinco días a la semana (17,2 por 100). Estos resultados parecen indicar que los colegiados que trabajan en Psicología Clínica, puesto que son de los que menos tiempo trabajan a la semana y de los que en menor proporción tienen que buscar actividades laborales complementarias, tienen suficiente libertad para elegir su propio horario y tiempo de trabajo, conclusión muy coherente con el alto índice de profesionales que trabajan por cuenta propia dentro de este apartado.
En este caso, llama la atención el bajo índice que se observa respecto al reconocimiento de la categoría de psicólogo en los contratos laborales de los colegiados (58,3 por 100), que se acompaña de un alto porcentaje de contestaciones en blanco, es decir, no sabe o no contesta (25,1 por 100). A estos datos hay que buscarlos relación con el gran número de encuestados que se dedican al ejercicio libre de la profesión, ya que suponen más de la mitad de este grupo (53,7 por 100). Lo más probable es que gran parte de este colectivo de los que trabajan por cuenta propia no tengan ningún contrato laboral, hecho que explicaría las cifras anteriores de falta de reconocimiento contractual.
Otra cuestión destacable respecto al trabajo de los psicólogos colegiados que se dedican a la Clínica es el bajo porcentaje que se registra de profesionales que trabajen para la Administración (32,5 por 100) -el segundo área de intervención más baja después de la Seguridad Vial-, hecho que supone un motivo suficiente para la preocupación y la reflexión acerca de la deficiente atención que las instituciones públicas manifiestan por estos temas (tabla 2l). A ello se puede añadir que la proporción más elevada de estos funcionarios de la Psicología Clínica son los contratados eventuales de la Administración (10,3 por 100), mientras que la más baja son los contratados fijos (6,8 por 100). Igualmente, es significativo comprobar que los profesionales de la Psicología Clínica son los que en menor medida trabajan para la empresa privada (12,3 por 100), y que de éstos una mayoría tenga contratos eventuales (6,6 por 100). También son pocos los encuestados de este área de intervención que trabajan en prácticas (2,4 por 100), en prestación de servicios (2,5 por 100) o sin contrato (3,8 por 100). Por todo lo apuntado, puede decirse que la situación laboral de los psicólogos que trabajan en Clínica es la más inestable de todas -a excepción de los que se dedican a Seguridad Vial.
Por otra parte, los colegiados que se dedican a la Psicología Clínica que trabajan en equipo, suelen colaborar principalmente con colegas psicólogos (48,8 por 100 de los casos), médicos (35,6 por 100), asistentes sociales (30,5 por 100), ATS (26,9 por 100), y en menor medida, maestros (6,2 por 100), pedagogos (5,2 por 100), sociólogos (2,3 por 100) y educadores (2 por 100).
En cuanto a los datos sobre los ingresos de los psicólogos clínicos, lo más destacable es que presenta la distribución más dispersa de entre todas las áreas de intervención. Es decir, que se puede encontrar una cantidad importante de profesionales en cada uno de los diferentes niveles de ingresos, lo que indica, como ya se dijo en otro momento, que existen situaciones económico-laborales muy distintas en este grupo de psicólogos; desde un colectivo que gana más de 250.000 pesetas brutas mensuales (9,1 por 100), hasta otro similar que no supera las 40.000 pesetas (9,9 por 100). Mientras que el 23,7 por 100 ingresa menos de 80.000 al mes, el 48,9 por 100 cobra por su trabajo más de 150.000 pesetas mensuales. Los ingresos mensuales medios en este área de intervención (137.415 pesetas) quedan ligeramente por encima de la media del colectivo de colegiados que ejerce la profesión (133.975 pesetas).
En el caso de los profesionales libres, el 4,5 por 100 no llega a cobrar en sus honorarios profesionales un mínimo de 2.000 pesetas por hora, mientras que el 24,5 por 100 se sitúa por encima de las 4.000 pesetas/hora de trabajo, por lo que los profesionales de la Clínica se sitúan en un nivel medio de cotización dentro del colectivo de los psicólogos que trabajan por cuenta propia.
En lo referente a los demás indicadores socioeconómicos, puede añadirse que el nivel de sindicación (9,1 por 100) está por debajo del índice general, igual que la tasa de afinación a la Seguridad Social (57 por 100) y contrariamente, la contratación de seguros médicos privados (35,9 por 100) se encuentra por encima de la media general de los colegiados en ejercicio. Estos datos son explicables por el hecho de que más de la mitad de los integrantes de este colectivo trabaja por cuenta propia. Lógicamente, por una parte, entre éstos hay menor tendencia a la sindicación y por otra, ante la menor tasa de cotización a la Seguridad Social, tienen que buscarse asistencia sanitaria alternativa a la pública. Igualmente, el índice de declaraciones de renta entre los psicólogos clínicos, es de las más bajas de todas las áreas de intervención (70,9 por 100) -la segunda detrás de la Seguridad Vial-, y es sensiblemente inferior a la media general (77,7 por 100). En cuanto a las cantidades de dinero ingresadas en Hacienda en el último ejercicio, también las de los colegiados dedicados a la Clínica son de las más bajas, pues el 54,2 por 100 de los que realizaron declaración pagaron menos de 300.000 pesetas, mientras que sólo el 16,2 por 100 contribuyó con más de 500.000 pesetas.
Por último, tanto en el caso de propietarios de pisos como de coches están por encima de los índices generales de la profesión (62,5 por 100 en los psicólogos clínicos frente al 55,2 por 100 por lo que respecta a las propiedades inmobiliarias, y 76 por 100 frente al 73,3 por 100 en cuanto a los poseedores de coches), hecho que, sin duda, se explica por la constataba mayor edad media de los profesionales de la Psicología Clínica respecto al colectivo de colegiados en ejercicio.
Puede concluirse este apartado, por tanto, diciendo que los psicólogos colegiados que trabajan en la Clínica representan una de las áreas de intervención con mayor dominio profesionales tienden a ser más mayores y con más años de experiencia laboral que otros colectivos, y que presentan unas mayores dificultades para introducirse en ella como profesional, a juzgar por las escasas incorporación que ha registrado en los últimos meses. Este colectivo de psicólogos presenta también una situación laboral bastante inestable, dado que, por una parte una gran parte de ellos está contratado de forma eventual o en prácticas y son pocos los que disfrutan de contratos indefinidos, y por otra, la gran mayoría. -más de la mitad- trabaja por cuenta propia, con la inestabilidad inherente a esta situación. Esto hace también, que presenten una gran variabilidad tanto en el tiempo que trabajan por término medio a la semana, como en los niveles de ingresos medios mensuales, lo que nos lleva a concluir que existe una amplia diversidad de situaciones económico-laborales entre los psicólogos colegiados que trabajan por cuenta propia en el ámbito de intervención de la Psicología Clínica. Finalmente, conviene destacar los bajos índices de contratados por las instituciones públicas que se han registrado entre estos profesionales, lo que lleva a pensar la escasa preocupación que en la Administración existe por la Psicología Clínica y de la Salud.
7.3.3.El psicólogo del trabajo y de las organizaciones
Como se refleja por el orden de aparición, este área de intervención es la tercera por lo que respecta al porcentaje de dedicación, ya que entre los colegiados que en su trabajo realizan tareas como psicólogos, el 16,3 por 100 desempeñan principalmente sus actividades en el ámbito de las organizaciones. Sin duda, este apartado destaca por los contrastes que pueden observarse en relación con el resto, El primero de ellos se manifiesta al comprobar que es el único área de intervención en que el porcentaje Je hombres que trabajan en ella (59,6 por 100) es superior al de mujeres (39,3 por 100), y que además se trata de una diferencia bastante notable. Por lo tanto, en contra de la tendencia general de dominio de mujeres sobre los hombres observada dentro de la disciplina, la Psicología del Trabajo y de las Organizaciones está claramente dominada por los hombres (hay que recordar que en el colectivo general de la profesión éstos son una minoría -38,9 por 100- -frente a las mujeres -59,9 por 100-).
.... Continua en "LA IDENTIDAD PROFESIONAL DEL PSICÓLOGO EN EL ESTADO ESPAÑOL II. "
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Weeb, A. R., y Speer, J. P. (1985): Tke public image of psychologists. American Psychologist, vol. 40, nº 9.
Weeb, A. R. (1989): What's in a question? Three methods for invesigating psychologic´s public image. Professiona, Psychology: Research and Practice, vol. 20, nº 5, 301-304.
Yela, M. (1976): La Psicología española: Ayer, hoy y mañana. Revista Española de Psicología General y Aplicada, nº 141-142, 585-590.
Zaragoza, A. (1981): Abogados y sociedad industrial. Península. Barcelona.
Material adicional / Suplementary material
Tabla 1. Delegaciones.
Gráfico 8. Distribución del estado civil en función del sexo.
Gráfico 9. Distribución del número de hijos en función del sexo.
Gráfico 10. Comparación entre el paro de 1981 y 1990.
Gráfico 11. Situación laboral en cada sexo.
Gráfico 12. Situación laboral según los sexos.
Gráfico 13. Comparación de distintas tasas de paro entre sexos
Gráfico 14. Comparación del paro por edades entre los psicólogos y la población general.
Gráfico 15. El desempleo por años de licenciatura.
Gráfico 16. Comparación entre la situación laboral de los psicólogos colegiados en 1981 y 1990.
Gráfico 17. Situación laboral según las edades.
Gráfico 1. Distribución de los encuestados por delegaciones.
Gráfico 18. Situación laboral según el año de licenciatura.
Gráfico 19. Porcentaje del tiempo de trabajo dedicado a la psicología en los colegiados que ejercen la profesión.
Gráfico 20. Distribución por edades de los colegiados que han trabajado alguna vez.
Gráfico 21. Distribución por promociones de los colegiados en paro que han trabajado alguna vez.
Gráfico 22. Tiempo que llevan en paro los psicólogos y la población activa en general.
Gráfico 23. Antigüedad en el paro de los colegiados que estan apuntados al INEM.
Gráfico 24. Distribución por edades de los colegiados en paro según la antigüedad en el INEM.
Gráfico 25. Cantidad de dinero que cobran los colegiados en paro inscritos en el INEM.
Gráfico 26. Distribución por edades de los colegiados que no trabajan en psicología.
Gráfico 27. Distribución por año de licenciatura de los colegiados que trabajan actualmente al margen de la psicología pero que si ejercieron en el pasado.
Gráfico 2. Año de alta en el C.O.P.
Gráfico 28. Tipo de trabajo que realizan los colegiados que no ejercen la psicología.
Gráfico 29. Tiempo de trabajo según los sexos.
Gráfico 30. Tipo de contrato que mantienen en su trabajo los colegiados que no ejercen la psicología.
Gráfico 31. Comparación entre los ingresos de los colegiados que ejercen la profesión y los que no lo hacen.
Gráfico 32. Comparación por sexos de los ingresos de los colegiados que no ejercen la profesión.
Gráfico 33. Distribución por sexos de los colegiados que han abandonado la profesión.
Gráfico 34. Distribución por edades de los colegiados que han abandonado la profesión.
Gráfico 35. Motivos del abandono profesional.
Gráfico 36. Motivos del abandono profesional según la situación laboral actual.
Gráfico 37. Ingresos brutos mensuales en el último trabajo como psicólogo.
Tabla 2. Distribución por edades.
Gráfico 38. Areas que mayor abandono profesional han sufrido.
Gráfico 39. Porcentaje del tiempo de trabajo que los colegiados en ejercicio dedican a la psicología.
Gráfico 40. Comparación de los indices de los colegiados dedicados a la psicología en 1981 y 1990.
Gráfico 41. Año en que trabajaron por primera vez en psicología.
Gráfico 42. Tiemp que llevan trabajando como psicólogos los colegiados en ejercicio.
Gráfico 43. Tiempo de trabajo en psicología según el año de licenciatura.
Gráfico 44. Porcentaje de colegiados en cada intervalo de edad que se dedican al ejercicio de la psicología.
Tabla 3. Año en que los colegiados en ejercicio trabajarón por 1ª vez.
Gráfico 45. ¿Esta contratado en calidad de psicólogo?.
Gráfico 46. Reconocimiento del título en el contrato laboral según los ingresos mensuales.
Gráfico 3. Distribución por edades.
Gráfico 47. Reconocimiento del título en el contrato según area de intervención.
Gráfico 48. Tipo de contrato que los colegiados mantienen en sus trabajos.
Gráfico 49. Distribución del tipo de contrato en cada sexo.
Tabla 4. Distribución de los distintos tipos de contratos según la edad de los colegiados en ejercicio.
Tabla 5. Distribución de los distintos tipos de contratos según el año de licenciatura de los colegiados en ejercicio.
Tabla 6. Distribución de los distintos tipos de contratos según los ingresos brutos mensuales de los colegiados en ejercicio.
Tabla 7. Distribución de los distintos tipos de contrato según el area de intervención a la que se dedican los colegiados en ejercicio.
Gráfico 50. Tiempo de trabajo a la semana de los colegiados según sexos.
Tabla 8. Horas de trabajo a la semana según el año de licenciatura de los colegiados.
Tabla 9. Horas de trabajo a la semana según la edad de los colegiados.
Gráfico 4. Distribución de los colegiados por edades en 1981 y 1990.
Gráfico 51. Porcentaje de colegiados en ejercicio que trabajan entre 40 y 50 horas semanales según los niveles de ingresos.
Tabla 10. Horas de trabajo a la semana según el tipo de contrato de los colegiados.
Tabla 11. Horas de trabajo a la semana según el area de intervención de los colegiados.
Gráfico 52. Días de trabajo a la semana según el sexo de los colegiados.
Gráfico 53. Días de trabajo a la semana según el año de licenciatura de los colegiados.
Tabla 12. Días de trabajo a la semana según el tipo de contrato de los colegiados.
Gráfico 54. Días de trabajo a la semana según los ingresos de los colegiados.
Gráfico 55. Días de trabajo a la semana según el área de intervención en la que trabajan los colegiados.
Gráfico 56. Nivel de ingresos de los colegiados en ejercicio según los sexos.
Tabla 13. Ingresos brutos mensuales según el año de licenciatura de los colegiados.
Gráfico 5. Año de licenciatura de lo spsicólogos pertenecientes al COP.
Tabla 14. Ingresos brutos mensuales según la edad de los colegiados.
Tabla 15. Ingresos brutos mensuales según el tipo de contrato de los colegiados.
Tabla 16. Ingresos brutos mensuales según el área de intervención de los colegiados.
Gráfico 57. Tasa de sindicación dentro de la profesión.
Gráfico 58. Tasa de sindicación según el año de licenciatura.
Gráfico 59. Tasa de sindicación según el tipo de contrato.
Gráfico 60. Tasa de sindicación según el área de intervención a la que se dedican los colegiados.
Gráfico 61. Tasa de afiliación a la seguridad social dentro de la profesión.
Gráfico 62. Tasa de afiliación a la seguridad social según el año de licenciatura.
Gráfico 63. Tasa de afiliación a la seguridad social según el tipo de contrato.
Gráfico 6. Distribución de los colegiados por sexos en 1981 y 1990.
Gráfico 64. Tasa de afiliación a la seguridad social según los niveles de ingresos.
Gráfico 65. Tasa de afiliación a la seguridad social según el área de intervención a la que se dedican los colegiados.
Gráfico 66. Tasa de contratación de seguros médicos privados de los colegiados.
Gráfico 67. Tasa de contratación de seguros médicos privados según el tipo de contrato de los colegiados.
Gráfico 68. Tasa de contratación de seguros médicos privados según los niveles de ingresos.
Gráfico 69. Tasa de contratación de seguros médicos privados según el área de intervención a la que se dedican los colegiados.
Gráfico 7. Distribución de los sexos por año de licenciatura.