Papeles del Psicólogo es una revista científico-profesional, cuyo objetivo es publicar revisiones, meta-análisis, soluciones, descubrimientos, guías, experiencias y métodos de utilidad para abordar problemas y cuestiones que surgen en la práctica profesional de cualquier área de la Psicología. Se ofrece también como foro para contrastar opiniones y fomentar el debate sobre enfoques o cuestiones que suscitan controversia.
Papeles del Psicólogo, 1992. Vol. (53).
Pilar Colchonero.
Instituto de Estudios para América Latina. (IEPALA)
Para mí es fácil hablar largo sobre Rafael y su vida con nosotros. Su presencia en IEPALA es algo fuerte, que no ha disminuido con su muerte. El único miedo que tengo es que, así en público y con un cierto tono de solemnidad, se me entrecorte la palabra y me vuelva al silencio que, por otra parte, es el ámbito en el que más fácilmente nos encontramos con él 'en los últimos tiempos.
En este foro que fue su casa, ante todos vosotros, sus compañeros, no sé de qué puedo yo hablar que no sepáis, o qué cualidad debo destacar de su personalidad tan rica en, dimensiones, todas ellas brillantes, como en las estrellas -quizá ahora pueda tutearlas y no mirarlas a gritos como nosotros en la noche que por este mundo pasamos ...».
Puesta a decir me gustaría hablaros de Rafael como un presidente que, durante más de diez años, de tal manera confió en IEPALA y sus fines, se fió del trabajo y de las personas que lo ejecutábamos durante diez horas útiles al día, creyó en lo que defendíamos y en los métodos que utilizábamos, todo ello con tanta firmeza que yo nunca le vi echar marcha atrás ni ante las mayores dificultades que nos tocó pasar; y estoy hablándoos de momentos no fáciles como:
• Los grandes problemas de Nicaragua durante la década pasada.
• De la guerra -que los tristes humoristas del norte llamaron de baja intensidad- contra el pueblo salvadoreño en el que nos mataron a multitud de amigos y colaboradores por el mero hecho de defender los derechos humanos.
• De la permanente violencia sufrida por el pueblo guatemalteco.
• De las aspiraciones ahogadas durante miles de muertes y desprecios por los negros sudafricanos y namibianos en su lucha contra el apartheid.
• De la incomprensión infinita que sufrieron los eritreos ante el reparto de silencios y complicidades de las, entonces, dos superpotencias.
• De la mirada perdida de los palestinos hacia un país que, con la anuencia de los poderosos, y el silencio cómplice de sus aliados, se han hecho a vivir y morir en tierra extraña porque la suya se la dieron a los herederos de los muertos, para acallar la mala conciencia de los mercaderes de la vida;
• Y de miles de causas, casi todas perdidas, que llenaban la esperanza y el afán emancipatorio de este hombre que, de forma sencilla, sin ningún tipo de arrogancia, acompañaba cualquier decisión sin imponer nunca sus criterios, que siempre los hacía coincidir con los intereses de los de abajo.
Rafael Burgaleta, durante la década perdida de los 80.
Ha presidido y estimulado un tipo de trabajo sutil, que día a día debía abrirse camino por entre los filos del poder, sin aceptar sus juegos y mucho menos sus razones, optando por los vencidos y sus anhelos, sabiendo que sólo desde ellos y sus raíces puede visualizarse la totalidad del proyecto humano, aún pendiente de realización.
En todo momento nos impulsó a integrar, de la forma más coherente posible, las razones éticas con el rigor científico y la mejor perspectiva y horizonte intelectual, frente a la fuerza del poder en todas sus manifestaciones y ambiciones.
Con su equilibrio y temple, nos ayudó siempre a superar los conflictos de la manera más justa, sin renunciar ni a los motivos de fondo de la solidaridad ni a la conquista más efectiva de las metas propuestas.
Ahora que lo pienso Rafael lo que hizo en IEPALA fue gobernar con inteligencia, haciendo uso de la autoridad y sin crear relaciones de dominio alguno. Resulta que, ¡con todos los perdones! fue un hombre de gobierno, además de un amigo.
Es un orgullo que hayamos gozado de su vida y una responsabilidad que seamos deudores de su muerte.
Nosotros hemos prometido ¡y lo cumpliremos! afirmar su presencia en la solidaridad con los pueblos y en el trabajo diario para hacer posible la Esperanza. Es nuestro reconocimiento a este hombre presidente que lo fue a cabalidad. Gracias.
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