Papeles del Psicólogo, 1993. Vol. (56).

Adolfo Hernández Gordillo

Decano en funciones del Colegio Oficial de Psicólogos.

Por primera vez en la breve historia del Colegio, en la cuarta convocatoria de elecciones a Junta de Gobierno Estatal, ha habido dos candidaturas completas disputando las elecciones, ambas vinculadas a la actual estructura territorial del COP, si bien más marcada esa vinculación a la estructura representativa territorial en el caso de la candidatura encabezada por el nuevo Decano electo, Francisco Santolaya, que además es Presidente de la junta Rectora de la Delegación del País Valenciano.

Lo que ha tenido de saludable, que los colegiados hayan tenido opción a elegir, se ha visto contrarrestado por las incidencias producidas en el proceso electoral, que condujo a la impugnación de las elecciones por la candidatura encabezada por Begoña Olabarría.

Si bien la junta de Gobierno decidió no entrar en el fondo de la impugnación, por problemas formales, es claro que las juntas Rectoras que han adoptado acuerdos orgánicos a favor de una candidatura y utilizado abusivamente los medios colegiales (boletines), han actuado Legítimamente de una manera inequívoca, por lo que supone utilizar los medios colegiales al servicio de fines particulares (una candidatura). Las Juntas Rectoras que más se han destacado por este uso ilegítimo del aparato colegial han sido Euskadi, Andalucía Oriental, Norte País Valenciano.

Es verdad que no había ninguna norma colegial que prohibiera esas conductas de una manera expresa, y de ahí la importancia que en brevísimo plazo se elabore apruebe un Reglamento Electoral que prohiba y sancione esas conductas, que regula adecuadamente un régimen de incompatibilidades, que acabe con el bochorno de lo! votos nulos (293 en estas elecciones) por pequeños defectos de forma, etc. ,

En una palabra, en un Colegio que es una Institución creada por Ley, con fines de perdurabilidad en el tiempo, es legítimo querer acceder a los puestos de responsabilidad y dirección, pero no vale todo para intentar ganar.

Durante todos estos años, 13, de existencia del COP, el Colegio ha venido funcionando sin una norma legal de referencia .aprobada formalmente, dado que el Gobierno no ha refrendado, hasta el momento, los Estatutos aprobados por el Colegio, ni la primera versión de 1982, ni esta última aprobada en Junta General Extraordinaria de 27 de marzo de 1993. Por ello se ha venido funcionando por autolimitación de poder. La Junta de Gobierno Estatal ha podido no convocar elecciones para su renovación, y de hecho la primera junta de Gobierno tuvo un mandato de seis años. Las Delegaciones no tienen existencia jurídica, y por ello teóricamente la junta de Gobierno estaba capacitada legalmente para cerrar, abrir, cesar o cambiar juntas de Delegaciones, y, sin embargo, y a pesar de que a veces ha habido fuertes conflictos entre la junta de Gobierno y algunas Delegaciones, jamás se ha usado o abusado de ese poder existente, pensando en el interés colegial.

Por eso la Junta de Gobierno, aún aceptando democráticamente los resultados electorales, ha desaprobado como ilegítimos aquellos procedimientos ocurridos durante el proceso electoral (ver pág. 7).

Personalmente considero todavía más preocupante que las personas responsables de dichos comportamientos, no hayan sido capaces, hasta la fecha, del menor grado de autocrítica, una vez que se ha resuelto por parte de la Junta actual la proclamación definitiva de su candidatura como ganadora de las elecciones.

No puedo dejar de destacar también, para información cabal de todos los colegiados, el papel de María Martínez, Decana del Col.legi de Catalunya. No sólo tiene el mérito de haber denunciado el Convenio entre ambos Colegios, tras el primer año de funcionamiento, bajo el principio de romper primero para luego negociar, sin haber hecho ninguna propuesta concreta de cambio o modificación sobre el primer Convenio, sino que se ha permitido apoyar formalmente por escrito, en nombre del Col.legi a la candidatura electa encabezada por Francisco Santolaya, lo que supone un grave intromisión del Col.legi de Cataluya en los asuntos internos de nuestro Colegio.

El que esto suscribe, no era candidato. Tras siete años de Secretario (1980-1987) y seis de Decano (1987-1993), es decir, la entera existencia del COP más los años previos en la Sección de Psicólogos del Colegio de Doctores y Licenciados de Madrid, considero que el Colegio descansar de mí, dado que no es bueno que parezca que hay alguien imprescindible y que la Institución es propiedad privada de una persona o un grupo.

He trabajado mucho por el Colegio, y he contado también con una gran colaboración de muchos compañeros, a los que desde estas páginas quiero mostrar mi agradecimiento, al tiempo que les solicito que colaboren con la nueva Junta, porque lo que nos interesa es que el Colegio funcione, sea capaz de ser exponente fiel de la profesión y tenga el prestigio que se ha ganado interna y externamente con el esfuerzo de todos.

A todos los compañeros y compañeras que han trabajado duramente a mi lado, o que me han facilitado su apoyo y comprensión a lo largo de todos estos años, mi mayor agradecimiento, y hasta siempre.